[10] HOGAR DULCE HOGAR

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Lara nunca escuchaba cuando la gente le decía que tenía la costumbre de lanzarse de cabeza al peligro.

Alguien había matado a Justin, y aunque Lara sabía que lo había amenazado explícitamente con matarlo si alguien moría por su culpa, ella no era quién para hacerlo. Un ojo morado y la pérdida del brazo de Aaron no significaban que mereciera morir. Claro, se merecía más que un golpe con una sartén, pero no quedaban suficientes personas en el mundo como para que murieran más.

—¡Van a ejecutar hasta el último de nosotros! —gritó un hombre llamado Jed—. ¡Como a Justin!

El grupo estaba dividido en dos lados, y Lara se encontraba con Laura, una de las ex Salvadoras que había demostrado estar de su lado innumerables veces.

—Esto no va a terminar bien —dijo Lara.

—Intentemos separarlos antes de que empeore —dijo Laura.

Lara se dirigió hacia la multitud—. Chicos, basta. Basta.

—No, no, no —dijo Laura, empujando a la gente hacia atrás.

No funcionó, y con los gritos de la gente enojada, los dos grupos se unieron en un choque de extremidades voladoras y puños cerrados. Lara trató de separarlos, hasta que una voz masculina comenzó a gritar.

—¡Oigan! —gritó Alden, uno de los salvadores que eligió alinearse con Rick antes de la derrota de Negan—. ¡Basta! ¡Terminen con esto! —cuando el grupo se calmó, Alden respiró hondo—. Vamos a descubrir quién hizo esto y nos aseguraremos de que no nos vuelva a pasar, ¿de acuerdo?

—¿"Nos"? —preguntó Jed—. Tú no eres uno de nosotros.

—"Nos" significa todos —dijo Alden.

Jed tiró de él y le dio un puñetazo, haciéndolo caer hacia atrás. Lara dio un paso adelante.

Jed miró a Alden fijamente—. ¡Ve a decirle esa mentira a quien mató a Justin!

Lara se colocó frente a él y sostuvo una mano sobre su arma, advirtiéndole a Jed que no intentara nada—. Basta.

—Se suponía que eras nuestra líder —respondió Jed.

—Basta —repitió Lara—. Dense la vuelta, todos.

—No lo creo, L —dijo Jed—. ¿Por qué no desenfundas y me liquidas aquí mismo?

—Te dije que te dieras la vuelta —dijo Lara mientras sacaba su arma de la funda.

—No queremos esto —dijo Laura—. Sólo tenemos que protegernos.

—Nada de armas —dijo la voz de Daryl.

—¿Porque tú mataste a Justin? —preguntó uno de los Salvadores.

—No, para mí fue la de la basura —dijo otro, mirando a Jadis.

—Seguro fue en venganza por lo de Simon —dijo Regina.

—No, es él —dijo el primer Salvador, señalando a Daryl—. Terminaré lo que empezó.

Se movió hacia adelante y recogió un hacha. Arat intentó detenerlo—. Detente. Esto irá demasiado lejos.

—No, descuida —respondió Daryl, apuntando su ballesta.

—Tal vez fueron los dos —dijo el primer Salvador.

Mientras los Salvadores avanzaban, un caballo relinchó y Rick entró en escena, blandiendo su arma mientras colocaba su caballo entre la gente.

—Retrocedan, ¡ahora mismo! —exigió Rick.

BLEEDING OUT | Daryl Dixon ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora