Capítulo 30.
Narrador omnisciente.
—¿Por qué lo haces? — le pregunto Ares a Dylan mientras ambos descansan en la banca del parque donde se habían encontrado.
Dylan la vio confundida por la pregunta a sí que lo volteo a ver.
—¿Hacer qué? — le pregunto ella a él.
—Mostrar una sonrisa a los demás cuando tú estás mal.— le dijo.
Dylan le pensó por un momento antes de responder.
La alarma hizo despertar al alfa de su sueño con su luna. No había pasado más de una semana desde que la había visto por última vez y la extrañaba más que nuca creía que a ese ritmo se volvería loco.
Soltó un suspiro mientras sierra sus ojos para invocar el recuerdo de Dylan, pero por más que lo intentó este no volvió y eso solo lo frustraba más y no solo eso sino que desde que ella no esta su lobo no había dado señales.
—Alfa debería de venir a ver a la sala lo que Roxana está habiendo—le había aviado su beta por el link que comparten.
Este se levantó, se dio una ducho y salió a ver por qué este se escuchaba muy asombrado de que lo Roxana está haciendo en la sala.
Pero al estar en ella se debutó, frunció las cejas ante lo que estaba viendo. Roxana estaba adornando la sala con muchas flores, desde rosas hasta girasoles.
—¿Qué se supone que haces? — le pregunto este al verla.
Roxana sonreía de oreja a oreja.
—Es nuestro aniversario, tontito. — le dijo sin darle mayor importancia a lo que su "esposo le preguntara".
Ares frunció mucho más el ceño ante la respuesta de esta. Para nadie era un secreto de que Roxana solo era la luna por un acuerdo y que en esa relación nunca hubo amor entre ambos.
Así que ver a esa mujer adornando todo para un "aniversario" que al alfa no le importa es muy sorpréndete y más para los integrantes de la manada que la ven como una loca.
Hoy mi alfa me dará un viaje a Hawái por ser nuestro aniversario.
Se pavoneaba ella diciendo a las mujeres que obligaba a poner las decoraciones, unos creían que el que se fuera a separar del alfa la estaba afectando otros sospechaban que era una estrategia que el alfa no la dejara.
—¿Dónde está Laura? — le pregunto Ares a un viéndola de mala manera su actuar. Y más que todo le pregunto, ya que tenía que hablar con ella.
Roxana se detuvo por un momento para solamente responder.
—Volvió al instituto. — le dio con tono seco para luego sonreír y seguir "decorando la sala".
Ares la vio por un segundo con confusión muy evidente en el rostro. No sabía por qué ella se fue cuando el día que llego le dijo que lucharía por su puesto y hoy simplemente se fue.
Pero dejar pasar de largo ese asunto y concentrarse en los invitados que está esperando y para eso tendría que quitar toda esa ridícula decoración que a nadie le importa.
—Será mejor que quites todas esas flores hoy tengo una reunión importante. A sí que todo tiene que estar impecable. — le dijo.
Roxana apretó sus manos en puños, pero actuó como si no lo hubiese escuchado.
—¿Qué crees que sea mejor las rojas o las rosadas? A mí pareces las rojas combinan con el traje que usaré. — decía sin importarle nada.
Ares soltó un suspiro cansado de esta mierda y más de esa mujer que hasta hoy solo es un dolor de cabeza y que piensa que puede hacer lo que le plazca en la casa que será solo de su luna.
Y ahora ya sin mucha paciencia ordeno a su beta que quitara todo eso de la sala para preparar y esperar a sus invitaos. Como era de esperarse Roxana monto todo un alboroto al ver que quitaban sus flores y también que nadie la hacía caso.
—¡Yo soy la luna de la manada y tiene que obedecer! — grito, lo que hizo un alfa de camino al despacho se detuviera para girar y verla.
A todos les sorprendió ver la mirada oscurecida de este y más la forma que impone su poder hasta tal punto que tenían que bajar la cabeza en total sumisión.
Se acercó hasta Roxana para tomarla del cuello y hacer que sus pies dejaran de tocar la superficie, muchos sabían que tanto su lobo como él estaba juntos. Y por eso su poder era un más mayor.
—Que te quede algo bien en claro. Tu nuca fuiste y nuca serás la luna de esta manada, no usos ese puesto cuándo no te corresponde. Porque solo fuiste un revolcón que termino con un hijo. Siendo una aprovechada. — le dijo viendo como esta se ponía cada ver más roja por la falta de aire. —Será mejor que no me des problemas porque te podría expulsar de la manada y mandarte a cazarte hasta tener tu cabeza. Que sin ninguna duda se la daré en una bandeja de plata a mi luna. — le aseguro dejándole caer al suelo y viéndola toser de manera desesperada.
Todos sabía que si un lobo no tenía a su alma gemela los ponía inestables, pero para un alfa era mucho peor. Nadie dijo nada simplemente se pusieron a cumplir las órdenes que se les habían dado.
El beta que hasta su momento estaba apartado de todo ese alboroto siguió a su alfa hasta el despacho de este para darle a conocer las noticias de las manadas vecinas y si estas dispuestas a unirse para que la paz prevalezca y así poder eliminar la amenaza que la amenaza.
—¿Qué han dicho las manadas? — le preguntó el alfa al ver entrar a su beta.
—La mayoría ha aceptado y vendrán lo más pronto posible. — dijo y el alfa asintió.
—¿La familia real? — le pregunto viendo unos papeles que debía de firmar.
El beta lo pensó por un momento hasta de responder.
—Ellos no están seguros de que la amenaza seas real y que solo es una forma de llamar la atención de algún loco vengativo. — le dijo.
Ares dejo los papeles a un lado para mostrarle total atención a su beta y lo que este decía.
—Pero vendrá el futuro alfa real a ver la situación y si es de "importancia" llamar a los lobos de su manada. — le dijo.
Para Ares era normal que ellos desconfiaran de esta situación más si nunca se había presentado un peligro de esta magnitud, pero que al futuro alfa vega les daba una posibilidad más contra la guerra que está próxima a ellos.
El alfa asintió y le pidió a su beta que lo dejara.
A si pasaron los días él con el alfa encerrado en su despacho trabajado. Todo estaba en calma hasta que los empleados que habían trabajado en ordenar lo mejor posible la mansión para los invitados, se alteraron y avisaron a su alfa la llegada de estos.
Ares sabía que tenía que convencer a los de más, y más advertirles del peligro que estaban corriendo porque si esta guerra no era retenida en esa manada esta se expandiera a otras hasta que la raza de los hombres lobo quedara extinta.
Lo que no sabían es que el peligro no solo era para ellos, sino que todo ser natural tenía un cuchillo bajo su garganta y cualquier paso en falso significaría su muerte. Trayendo consigo él desequilibró de la tierra.
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Ángel.
Fantasy¿Qué pasaría si después de seis meses de la muerte de tu madre tu padre llega a casa con su nueva novia? Y peor aún ¿Qué pasaría si de esa relación tú te ves forzada a vivir en otro continente, otro país, otra ciudad con nuevas personas, nuevo insti...