La inocente y dulce Jazzlyn Parker, está enamorada del chico malo de su clase; Devon Gray. Él parece no notarla, nunca. Aún con esa belleza sublime y femenina, le resulta un poco complicado acercarse al chico-problemático.
Jackson Leckie.
Él parece...
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—¿Qué mierda se supone que estás haciendo? ¡No puedes tirar eso! —la voz dura de James no logra detenerme y continúo mi camino por la puerta principal.
A duras penas puedo sostener todo lo que había en el escritorio de Jax sin que nada se me caiga al piso, pero lo consigo. James viene detrás de mí exigiéndome que pare y no tire nada al cesto de basura, aunque no me he detenido a escucharlo ni una sola vez.
Por otro lado, sólo escuché una leve risilla por parte de Mike cuando me miró cargar con todas estas porquerías a la salida. Después escuché otro par de risas cuando el sorprendido James ha intentado de todo para detenerme y no lo ha conseguido.
—Listo —indico, limpiando mis palmas exageradamente frente a sus ojos. He botado toda la porquería que tenía Jax, todo lo que causó que esté así en su habitación. TODO A LA BASURA. Aunque sé que fácilmente puede volver a conseguir esto después, no me importa.
Al menos puedo decir que su casa está limpia ahora.
Sin nada ilegal que le haga daño.
—Voy a sacar esto de aquí —susurra James para él, lo veo inclinarse en el cesto de basura hasta que interfiero empujando su hombro. Él se pone recto y me encara, parece molesto, pero estoy segura que no más que yo—Estás mal de la cabeza si piensas que esto se va a quedar aquí, ¿Qué no tienes una maldita idea de lo que cuesta...?
¡Qué!
¡¿Por qué está hablando de dinero?!
—No me importa para nada su costo. ¡Y no vas a sacar esto de aquí! —grito eso último, Mike llega a mi lado, lo cual me hace sentir más segura—¡No vas a meter tu maldita mano en el cesto! Te lo advierto James...
Él se ríe a carcajadas, seguramente pensado en empujarme para sacar todo de vuelta. De todos modos, soy una chica. James no es mucho más alto que yo, tampoco tiene mucha masa muscular, pero sin duda, tiene más fuerza que yo.
—¿Me estás amenazando? —me reta sigilosamente—¿Tienes claro que puedo quitarte de mi camino sin mucho esfuerzo?
Claro que lo tengo "claro".
Eso me hace tragar saliva.
—Estás mal de la cabeza si crees que puedes tocarle un pelo estando yo aquí —ese es Mike, defendiéndome. Por un momento me siento muy segura por su tono y por sus palabras, sin embargo, mi vista cae de nuevo en el rostro duro de James que no hace nada más que fulminarme con los ojos.
James se le queda viendo, creo que ya se dio cuenta de que conmigo no tendrá problema alguno por sacarme de su camino, pero con Mike se lo está pensando más veces.
—No puede tirar dinero a la basura. No puede tirar algo que no es suyo, Mike, por lo tanto, no puede tirar esto—murmura quedo, desafiante—cuando Jax se dé cuenta que han tirado sus cosas se pondrá como un puto loco, y les juro que no les gustará estar presentes cuando eso pase... De verdad, les digo que no será bueno que se enoje con ustedes por esto... Si dejan esto en la basura y piensan que se quedará sin hacer nada al respecto, es porque no lo conocen ni una mierda.
