Riliane miró a Ayn con enfado. Luego cruzó los brazos con brusquedad y empujó su mano.
—Por supuesto que esto no se ha terminado. Tu y yo hicimos un trato.
Ayn se rió con algo de ironía. Sacó otro cigarrillo de la guantera del auto y lo encendió.
—No estás hecha para un viaje como este. No estamos hablando de una aventura o una excursión. Soy un policía después de todo, nada bueno resultará en esto.
—Pues no me importa —exclamó Riliane—. Yo soy una mujer de palabra, y espero que usted sea un hombre de palabra también. Le prometí que le pagaría todo y pienso cumplirlo. Ahora usted cumpla con todo lo que dijo.
—¿Estás segura de lo que dices? Podríamos morir en cualquier momento.
Riliane suspiro y miró el cielo con melancolía.
—No soy alguien que le tenga miedo a la muerte.
Riliane volvió su mirada hacia Ayn y se dio cuenta de que él sonreía con melancolía.
—Bueno, si eso quieres —Ayn le dio una calada a su cigarro y suspiró—. Esta bien. Vendrás conmigo. Pero con una condición.
—¿Cuál?
—No volverás a mentirme.
—¿En serio? ¿Con qué derecho lo dices tú? —Riliane rió con sarcasmo—. Todavía ni siquiera estoy cien por ciento segura de que seas policía.
—Mira, si no estás segura aquí está mi placa —Ayn le mostró una placa de policía a Riliane, quien la miró con detenimiento—. También tengo mi certificado de la universidad por si quieres verlo —. Él también le mostró el papel.
—Te graduaste con honores... Increíble —dijo Riliane, fascinada —. Fuiste el número uno de tu clase.
—Sí, ajá. En todo caso, ya está. Soy un profesional en esto, así que será mejor que no me estorbes mucho —dijo con orgullo Ayn, arrebatándole los papeles a la chica.
Riliane sonrió con alegría y le dedico una mirada dulce a Ayn. Este desvió la mirada un tanto apenado y suspiró.
—Creo que tendremos que descansar aquí aunque sea por esta noche.
Riliane miró el brazo de Ayn y se alarmó.
—¡Tu brazo! ¡¿Estás bien?!
—Estoy bien, estoy bien —dijo Ayn restándole importancia. Luego señaló una caja debajo del asiento—. ¿Puedes pasarme eso? Es un botiquín de primeros auxilios.
La chica asintió y le pasó la caja al muchacho con rapidez, quien la abrió. Aparentemente el "botiquín de primeros auxilios" solo estaba conformado por una venda, una caja de pastillas para el dolor y desinfectante.
Él tomó un pedazo de algodón y lo remojó en el desinfectante.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó Riliane sintiéndose inútil al no poder ayudarlo.
—Puedo hacerlo solo.
Ayn limpió la herida con el desinfectante soltando un gruñido por el dolor. Por suerte no se había desangrado. Después trató de atar la venda a su brazo, pero al no poder comenzó a desesperarse a lo que la joven a su lado trato de tranquilizarlo.
—Ayn —dijo ella, con tranquilidad.
—¿¡Qué!? —gritó con enfado, soltando la venda.
—Puedes comenzar soltando la pistola —murmuró Riliane al sentirse amenazada por la reacción del joven.
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El Karma Del Mal No Terminará (continuación de Story of Evil)
Fanfic¿Qué hacer si no tienes propósito? ¿Qué tal si ya no tienes nada qué perder? Eso es lo que se planteó la protagonista, quien, al tener una vida aburrida, decide salir en busca de una valiosa joya que su abuela recuerda y así tener la aventura que si...