📖CIENTO CUATRO📖

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Después de tanto llanto, debí quedarme dormido, pues horas más tarde cuando Ami me levanto cariñosamente para que comiera algo estaba en cama de Hange.

-... Pueden quedarse todo lo que necesiten - anuncio la dueña de la casa continuando con la conversación que debía haber tenido con mi madre mientras yo dormía. - y, también, puedo ir a su casa a recoger algunas cosas...

-¿No iremos a casa? - pregunté con voz rasposa, tenía la garganta reseca.

-No, por ahora. - se limitó a responder Ami. - Gracias, Zoë.

Y no se hablo mas del tema. La comida fue silenciosa y dolorosa a cada bocado, pues solo podía pensar en el incierto futuro que ahora tenían mis padres y todo por mi culpa. Ni siquiera la noche o la mullida cama de Hange, logró distraerme de mis amargos pensamientos que se resumían en: lo he arruinado todo.

Al día siguiente, aunque yo creí que Ami pensaría que llevarme a la escuela después de lo sucedido era una mala idea, sucedió todo lo contrario, incluso insistió en que debía ir, después de todo mi promedio final estaba en juego luego de mi desinterés total por la escuela al inicio del año. Las calificaciones no eran una gran preocupación para mi en ese momento, pero al parecer, para ella, eran su obsesión necesaria para no seguir lanzando pestes de mi padre o para evitar volver a llorar desconsoladamente. Asi pues, fue Hange la que me llevó a la escuela:

- Kai, Kai, Kai... - negó la castaña cuando nos alejamos lo suficiente de su casa. - ¡Que gran metida de pata hiciste!

- No es gracioso. - me queje con una mueca.

-Definitivamente no lo es, pero lo hecho, hecho esta, así que ahora quiero ver como se resuelve todo esto... - señaló con auténtica curiosidad - Y lo digo porque es la primera vez desde la muerte de Isabel y Farlan que veo llorar tanto a tu madre y ni me quiero imaginar como estará Levi ahora mismo...

-¿Tan malo fue todo? - pregunté afligido. Me encogi de hombros. - No es que no entienda que fue grave, pero tampoco esperaba que tuvieran tanto resentimiento por el otro, ni siquiera pense que mi madre se arrepentiria de estar con mi padre... Eso fue...

-Mas de lo que debías presenciar - concluyó Hange por mi, también sonaba preocupada. - Verás, tus padres a veces daban a entender que estaban juntos porque después de todo, ambos habían sobrevivido juntos, pero no es que eso les generará resentimiento o que en realidad no sintieran nada por el otro, solo guardaron silencio mutuo sobre tantas cosas, por mucho tiempo.

-Y entonces llegó yo y sacó a la luz todos sus oscuros secretos y arruinó su matrimonio, arruinó a mi familia.

-No es así, Kai. Tarde o temprano pasaría, que mejor que fue ahora y no más adelante cuando hubieran más cosas que descubrir, o cuando alguno sufriera nuevamente.

-Eso no cambia el hecho de que todo es un desastre ahora.

-Solo dales tiempo. Te repito: tus padres se aman demasiado como para estar demasiado tiempo lejos del otro.

-Puede ser, pero ambos son demasiado orgullosos como para ser el primero en pedir disculpas; además, como yo lo cause, debería ser yo quien intente arreglarlo, no ellos.

De la nada se detuvo y se plantó delante mío. Hange tenía la expresión más sería y un tanto asqueada que le vi nunca; me sujeto por los hombros y me miró fijamente.

-Voy a odiar decirte lo que estoy por decir, pero: eres solo un niño, Kai, no tienes porque responsabilizarte de los problemas de los adultos, menos de tus padres. - Hizo una pausa esperando que comprendiera sus palabras, pero yo era incluso más terco que mis padres y nada me quitaría de la cabeza que yo debía resolver esto. - Por favor, por esta vez, hazle caso a tu tía Hange, ¿si?

Lo pensé un momento, no había modo de que lo hiciera, pero con tal de darle el gusto momentáneo tendría que aceptar.

-Esta bien.

Y reanudamos la marcha, con ambos sin intenciones de continuar con el tema. Así sería siempre, un par de palabras al respecto y luego un silencio eterno, como me fastidiada eso.

Habría esperado ver a Levi en la entrada de la escuela, esperanzado por ver a Ami o dispuesto a pedir disculpas o simplemente con intenciones de hablar lo sucedido; pero la triste realidad fue que solo estaban Mikasa y Armin con sus respectivas hijas, a pocos metros de la entrada.

-¿Eh? ¿Te tocó traer a Kai, Hange? - pregunto Armin al instante que llegamos a su lado.

-Algo así, hubo unos problemillas con la pareja dinámica y vengo a suplantarlos - bromeó con cierta incomodidad.

Ni Kikyō ni Carla se tragaron esa explicación, así que al instante clavaron su mirada en mi exigiendo la verdad, les devolví la mirada mientras negaba discretamente con la cabeza. Luego de eso, los 3 nos apresuramos a entrar para poder hablar.

-¡¿Qué demonios pasó ayer?! - me acribillo al instante Carla. - Estábamos tranquilo haciendo el exámen y al minuto siguiente el profesor te arrastró a la dirección. ¿Qué pasó?

-Y más tarde pasaron tus papás por el pasillo, se veían preocupados. - añadió Kikyō.

Habíamos corrido a nuestro salón, aprovechando que había pocos alumnos que ya habían llegado, mismos que me miraron con la misma pregunta que Carla, grabada en el rostro.

-Es una larga historia... - comencé a decir como introducción antes de explicarles todo lo de los últimos meses.

Carla estaba furiosa por no enterarse hasta ese momento y Kikyō tenía la misma expresión de pánico que yo ayer.

-¡Demonios Kai! ¿Qué no valoras tu vida? Se que nos hemos metido en muchos problemas, pero esto es peor que todos ellos juntos... - comentó Carla alterada.

-Pues gracias, no me había dado cuenta de ello. - solté con sarcasmo.

-¿Y que harás ahora? - pregunto Kikyō con delicadeza.

-No tengo ni la menor idea... - confesé.

“¿Qué haría ahora?”, llevaba pensando desde que sucedió todo, puede que incluso antes... Desde que Hange me atrapó con el diario o, incluso, desde que lo encontré. ¿Por qué había decidido leerlo en primer lugar?

-Bueno, al menos ahora podrás decirnos como eran nuestros padres de jóvenes, yo sigo sin aceptar la idea de que mi padre fue peligroso o un héroe, apenas si puede cocinar sin quemar la casa. - bromeó Carla.

-Espera, ¿qué no te haz dado cuenta de que eso ha causado todo? - la detuvo Kikyō cruzandose de brazos. - Si no fuéramos tan entrometidos, los papás de Kai ni siquiera hubiera peleado para empezar y Kai no iría tan mal en la escuela como ahora.

-Aja, pero, yo también hubiera arriesgado todo eso con tal de saber la verdad, esa verdad oculta que incluso arruinó el cumpleaños de Kai... - le objeto Carla.

-¿Cómo sería más importante una versión de la historia contra la estabilidad de tu propia familia? No vale la pena el riesgo. - insistió Kikyō.

-¿No vale la pena? - las palabras se resbalaron por mis labios, mire incrédulo a Kikyō. - ¿Qué no es importante la historia? ¿Qué acaso no fue la historia la que arruinó a nuestros padres y los volvió en los mentirosos que son ahora?

¡Ah, sí! Por esto había decidido leer el diario. Por esto había decidido arriesgar todo. Desenmascarar a nuestros padres. Aún no lo lograba, aún no era suficiente, había más, siempre había más.




Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora