3 de la tarde y ni un mensaje, 3 de la tarde y hasta tu sombra ausente, tú recuerdo intermitente y tu aroma.
Sigo recordando tu joven figura, esperando esas mañanas de café a la orilla de la cama, con los gatos ronroneando y tus libros amontonados.
Aún te lloro, te fuiste sin prisa, matando lentamente a un hombre con sueños de infante, esa daga aún más filosa que espinas de rosas, mis lágrimas brotan cual nacientes montañosas, y yo no sé que nos pasó.
Cuéntame, te fuiste sin explicaciones, te fuiste sin precauciones, buscando tu ansiada libertad y dejándome con tu aroma en la almohada.
Lo sabes bien
Hermosa, soñadora, apasionada, misteriosa, como tú ninguna, ni adentrándome en los oscuros bares, ni entrando a grandes bibliotecas podré acertar con una chica tan serena como usted.
Es entonces que llega el momento de resignación, mi corazón me obliga a buscarla, pero...
¿Por qué separarla de ese hombre que la hace tan felíz?
Lo siento, no le digas que has llorado, no le digas que has rogado, triste hombre deja de llorar y olvida su figura que como ella ninguna.
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Cartas de inercia; sobre un amor obstinado
PoesíaCartas, poemas, recitales, textos, no sé que son pero aún así se le dice poemario. Una recopilación de textos y cartas extremadamente cortas escritas por mí, con mucho sentido Estos escritos representan en su mayoría mi visión del amor a lo largo de...