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Posiblemente habían sido los 20 minutos más largos de mi vida, esperando a la señal para hacer nuestro movimiento.

—Iniciando la fase tres.

Mi corazón latía con fuerza mientras subía el volumen del amplificador y Dustin se encargaba de las conexiones. Le hicimos saber a Eddie que todo estaba listo.

—Hazle justicia. —Le pedí a mi novio, él asintió.

—Chrissy, esto es para ti. —Murmuró tomando la púa que siempre llevaba en el cuello.

El guitarrista soltó un grito mientras comenzaba con los acordes de una canción que reconocí al instante.

—¡Master Of Puppets! —Exclamé en un susurro, agitando el hombro de Dustin, quien sonreía al igual que yo— ¡Se la aprendió en menos de un mes!

—¿De verdad?

—No tiene mucho que escuchamos esa canción. —Miré a Eddie atentamente, moviéndome al ritmo de la canción, aunque en realidad estaba más concentrada en él.

Dustin se levantó para mirar con los binoculares a lo lejos. Al parecer aún no estaba cerca el peligro, así que teníamos un poco de tiempo para disfrutar de la música por unos segundos.

Sonreí ampliamente al ver como el menor también se dejaba llevar por la melodía de la guitarra, haciéndome recordar la primera vez que escuché Heavy Metal y también la vez que esa canción sonó en el cuarto de Eddie. No había pasado tanto y yo ya lo sentía como hace años, quizás porque esos instantes fueron antes de que nuestras vidas "Normales" cambiaran por completo luego de la muerte de Chrissy.

A lo lejos hubo un relámpago que dejó ver por fin a muy pequeñas figuras aproximarse, supuse que en los binoculares se verían mejor los infames demobats.

—¡Eddie! —Henderson lo llamó— ¡Terminamos en treinta segundos!

Por instinto apreté el anillo con la mano, intentando calmar los nervios que sentía y que se crecían conforme el tiempo pasaba.

—¡Veinte segundos! —Gritó nuevamente el chico

Eddie deslizó sus dedos sobre la guitarra, pasando al solo de la canción.

En definitiva, no mentía con eso de ser bueno con las manos.

—Límpiate la baba, Carrie —Me dijo el menor, sacándome de la distracción— ¡Diez segundos!

De repente me encontré entré mirar a las criaturas que venían por nosotros y a mi novio haciendo lo suyo. Estaba al borde de un paro cardíaco cuando comenzó la cuenta regresiva en cinco y en cuanto terminó, lo único que supe es que de alguna forma llegamos a salvo al tráiler.

Intenté no recargarme contra la pared mientras recuperaba el aliento y no pude evitar pensar que esto iba a ponerse peor.

—Amigo... —Henderson miró a Munson— ¡Lo más metalero de la historia!

Ambos comenzaron a gritar dando brincos, no pude evitar soltar una risa que Eddie cortó cuando me plantó un beso la boca.

—¡Munson! ¡El niño está acá! —Señalé a Dustin con la mirada

—Sí, guarden su afecto para después —El chico se concentró en escuchar el ruido que hacían los demobats afuera del tráiler.

Los tres nos cubrimos las espaldas, tomando con fuerza nuestras armas; de repente cesó el fragor, solté un suspiro de alivio por lo mismo.

—¡Hey, mierdecillas! —Bramó el de ojos azules— ¿¡Se rinden tan fácil!?

—¡Shh! ¿Era necesario? —Se quejó Munson

Satanic Panic    «Eddie Munson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora