THE INFERNO - CAPÌTULO 2

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—Gusto en verte también abuela. —Le dije.

Ella se apartó, dejándonos entrar al templo. Nos condujo al frente donde ella estaba desarmando su altar. Jung-kook y yo nos sentamos juntos del otro lado de una pequeña mesa frente a ella, sin tocarnos, pero más cerca de lo que alguna vez hubiera preferido estar con él y, sin embargo, en algún sitio profundamente enterrado en mí, sentía que nunca podría estar lo suficiente cerca de él.

—Muy bien, han tenido ustedes dos una noche interesante, ¿huh? —La abuela había vuelto a su altar, mientras hablaba con nosotros, apartando velas, adornos y esas cosas. — ¿Cómo te sientes?

—Bien —dijo Jung-kook —De hecho, creo que correré un maratón cuando hayamos terminado aquí.

—Jovencito, no seas insolente. Ustedes se han metido en un lío.

—Abuela, en este momento no necesitamos sermones —le dije casi susurrando, inseguro de a qué lio se refería. Mi cabeza me estaba matando y tenía el presentimiento de que si sólo tocaba a Jung-kook me pondría mejor. Pero no deseaba hacerlo.

—Abuela, no pretendía ser grosero. Sólo que no sé, qué está pasando. Por favor perdóname. — Jung-kook estaba increíblemente calmado. Pero cuando me miró, sus ojos estaban entrecerrados, probablemente él sentía el mismo dolor.

—Seguramente ¿tú sabes qué está pasando?, te importaría informarnos, por favor —Le pregunté a la abuela.

Con cada minuto que pasaba se hacía más difícil hablar por el dolor. No sólo había afectado mi cabeza, iba expandiéndose por todo mi cuerpo.

—¿Supongo, que no lo hicieron a propósito, entonces? —Ella chasqueo su lengua a nosotros, Jung-kook y yo la miramos confundidos.

—¿Hacer qué? —Le pregunté cuando ella no continuó.

—Entrelazarse.

Me reí. No pude evitarlo, la idea de estar atado a Jung-kook era ridícula. Nos odiamos, no hay forma de que nosotros contrajéramos matrimonio.

Me sentí aliviado al ver a Jung-kook tan horrorizado como yo. Fue bueno saber que ésta no era una muy elaborada broma de mal gusto que Jung-kook había preparado solo para torturarme.

—¿Cómo pudo suceder esto? — Jung-kook le preguntó. —Pensé que sólo el sumo sacerdote o sacerdotisa podrían entrelazar a los miembros del clan.

—Si estás insinuando que yo tuve algo que ver con esto Jeon Jung-kook, Yo....

—No lo está. —La interrumpí.

—No, lo siento, abuela, no estoy pensando con claridad en este momento. —Jung-kook le dijo rápidamente. —Es que no entiendo qué está pasando.

—Definitivamente esto es producto de un hechizo de unión. —Dijo la abuela pensativa. —Pero yo no lo realicé y no tengo forma de saber quién lo hizo. Es verdad que yo he realizado todas las uniones del clan desde que soy Sacerdotisa de Busan, pero no soy la única persona que puede hacerlo. —Ella suspiró. —Cualquier miembro del clan con el suficiente poder puede hacer una unión, pero la mayoría simplemente recurren a mí para asegurarse de que se haga correctamente.

—¿Qué quieres decir? —Le pregunté. No me gustaba como sonaba eso.

—El hechizo de unión es delicado. Muchas cosas pueden resultar mal si quien lo realiza no tiene cuidado. De hecho, fueron afortunados de que esto no los matara. El hechizo fusiona sus auras, sus vidas en una. En efecto, convierte dos mitades en un todo. Es increíblemente poderoso y peligroso, no se hace por descuido.

THE INFERNO I: UNA BODA INESPERADA  - KOOKMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora