THE INFERNO - CAPITULO 3

476 53 19
                                    


Su mano me agarró del pelo con fuerza, sosteniéndome allí mientras azotaba mis labios con su boca. Me movió, tratando de disminuir un poco la presión en contra de mi erección, moviéndose sobre ella nuevamente, creándose así la más deliciosa fricción sobre mí. Mis caderas se elevaban contra él, su mano buscó mi polla y la deslizó hacia arriba y hacia abajo, resbalando fácilmente por el líquido pre-eyaculatorio que se había formado en la cabeza.

Yo me iba a venir. Podía sentir la presión que se acumulaba en mis bolas y sabía que no pasaría mucho tiempo. Pero no se detuvo, en cambio, como si pudiera saber qué tan cerca estaba, aumentó la velocidad de su mano, pero desaceleró su boca, chupando mi lengua, rozándola suavemente con los dientes.

Grité y al mismo tiempo me desperté, mientras rociaba de semen en mi pecho y mi camisa. Me senté, completamente desorientado sin saber dónde me encontraba.

—Oh mierda. —Observé a Jung-kook y me di cuenta que también se estaba masturbando y gritó cuando se vino en su mano. El vínculo. Mierda. Yo me acosté boca abajo sobre la cama, reteniendo mi aliento para así tratar de no enojarme más con la situación, pero no estaba funcionando.

—Buenas noches para ti, también. —Dijo Jung-kook en voz baja. Me volteé y me quedé observándolo mientras se quitaba su camiseta y la utilizaba para limpiarse.

Dejé escapar un suspiro y él hizo lo mismo. Miré alrededor del dormitorio y caí en cuenta que no había traído ropa limpia conmigo. Tendría que ir a mi casa. Además, teníamos que hablar y llegar a alguna clase de acuerdo sobre la convivencia que nos esperaba, hacer planes para cuando tuviéramos que dormir, cualquier cosa, menos hablar sobre mis pajas mientras dormía soñando con él. O el hecho de que al abrir mis ojos y verlo jugando con él mismo, había comenzado a desear que ese sueño se hiciera realidad.

Se levantó y me dejó solo en la cama mientras iba al cuarto de baño. Oí cuando abrió la ducha y dejé escapar un suspiro. Esto iba a ser un completo desastre. Incluso si habíamos conseguido hasta ahora no matarnos entre nosotros, probablemente íbamos a morir de todos modos por el enlace. Hubiera sido mejor que mi abuela lo hubiera roto la noche pasada. Ella tenía razón, hubiera sido más humano que lo que Jung-kook y yo terminaríamos haciéndonos el uno al otro.

Levanté mi cara y vi a Jung-kook volver a la habitación, caminaba con una toalla alrededor de su cintura. Me miró fijamente por un minuto y luego se volteó para intentar dar marcha atrás, pero gimió.

—Mira, odio esto y sólo tú puedes comprender cuánto lo odio. Pero... yo no puedo hacer esto.

—Sí, bueno no creo que tengamos otra opción —le dije con frialdad. Me dolía la cabeza, mi piel se sentía como si estuvieran torturándome y en ese momento no pude aguantarlo más. Yo simplemente no podía.

—No, eso no. Quiero decir.... Joder. Jimin, ¿vendrías a tomar una ducha conmigo? ¿Por favor?

Mis ojos se abrieron aún más. Sabía cuánto debía haberle costado pedir ese favor y también me di cuenta que para los dos era intolerable que Jung-kook y yo no nos tocáramos. Genial.

Me levanté de la cama y traté de no parecer molesto con él. No estaba disfrutando para nada toda esta situación y tendríamos que tratar de resolver todo.

Habíamos logrado pasar la primera noche juntos y la ducha sólo sería un paso más. Tenía la esperanza de que, si podíamos pasar las veinticuatro horas del día sin matarnos, todo podría llegar a ser más fácil.

Le seguí al cuarto de baño, dejando caer mis jeans y calcetines al suelo, a continuación, trepé a la bañera junto con él. Tenía una ducha muy agradable, de doble cabeza, eso sólo me recordó lo puta que era. Por supuesto, todo en él me recordaba con cuántos hombres había dormido y cómo muchos de esos hombres habían sido míos primero.

THE INFERNO I: UNA BODA INESPERADA  - KOOKMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora