THE INFERNO I: UNA BODA INESPERADA - KOOKMIN (+18)

THE INFERNO - CAPÌTULO 5

Enterré mis uñas en su cabeza cuando recorrió con su lengua toda la longitud de mi polla. Bajé la mirada para verlo y él sonrió con una traviesa mirada antes de tomarme por completo en su boca. Sus manos apretaban con fuerza mi cadera y empecé a joder su boca.

Todo lo que podía hacer era gemir al sentir su aliento cálido y su húmeda boca en mí, sus dientes rosaban levemente mi polla, se sentía tan bien. Pasé mis dedos por entre su sedoso cabello, mientras él deslizaba su boca hacia abajo de mi miembro dolorosamente duro.

Una de sus manos tomó suavemente mis bolas, mientras él continuaba trabajando en mi polla tomándola tan profundo en su garganta hasta llegar a tragarla toda. Su boca era tan suave, su lengua como terciopelo, no quería que esta sensación terminara nunca.

Pero al hacer el movimiento más rápido, mi punta golpeó su garganta y perdí el control. Traté de que fuera más despacio agarrando fuertemente su cabello, creo que esto debió gustarle porque comenzó a gemir. La vibración de su garganta hizo que llegara al borde. Grité cuando mi polla empezó con los espasmos, llenando su boca con mi esperma. Él no se apartó, mamaba fuertemente, no me dejó ir hasta que se hubo tragado hasta la última gota y yo comenzara a gimotear por la incomodidad. Una vez que había terminado él se enderezó y me sonrió, mostrándome sus labios rojos adornados con saliva, orgulloso de la hazaña que había acabado de realizar. Yo suspiré, sentía el deseo de que él se subiera sobre mí y me besara y lo hizo, su polla dejó un rastro cálido de pre-semen cuando se movió entre mis muslos.

Lo bese con pasión, entrando profundamente en su boca para saborearme, mi lengua recorrió sus labios. Una de sus manos tomó la mía, presionándola en el colchón y la usó como palanca para poder friccionarse contra mí. Con la otra mano, tomé su polla y empecé a frotarla con firmeza, con mi dedo pulgar jugueteaba alrededor de su húmeda cabeza.

Gritó en mi boca cuando provoque que se viniera, esparciendo su leche caliente y espesa sobre mi pecho. Él trato de apartarse, pero yo lo agarré de la parte de atrás de su cabeza, haciendo que me besara por otro minuto más antes de dejarlo ir.

Nos quedamos recostados, tomados de la mano, en silencio, recuperando el aliento. Mi éxtasis se estaba disipando, me alegré de no sentirme mal por lo que acababa de ocurrir entre nosotros. El estar borrachos habría sido una excusa conveniente, pero yo no quería eso. Si teníamos que tratar de sobrevivir por todo un mes, sería mucho mejor si no tuviéramos que emborracharnos todas las noches para mantenernos con vida.

Miré a Jung-kook, mi cuerpo se tensó cuando noté el enojo en su cara. Parecía estar ebrio también y pensé que iba a echarle la culpa de lo ocurrido al alcohol.

—¿Qué pasa? —le pregunté, con tono de voz a la defensiva.

—Cálmate — me dijo, suavemente, su actitud no correspondía con la expresión en su rostro —Estaba pensando que la jodí. —Se apoyó a su costado con el fin de darme la cara. —No creo que la magia vaya a aceptar esto como consumación.

Mierda, era probable que estuviera en lo cierto. Pero yo estaba tan cansado, y el pensamiento de tratar de tener ―verdadero sexo en este momento me provocó mareo.

—Nosotros sabemos que esto no será por mucho tiempo. Tenemos que acostumbrarnos a estar juntos de todos modos.

—Sí, pero estábamos listos. La primera vez siempre es difícil, estuvimos a punto de consumarlo, por lo cual pienso que la próxima vez será un poco más fácil. Pero, joder Jimin, tú me lo hiciste muy rápido, yo no pude contenerme. Lo siento.

—Está bien, tampoco pude contenerme. Y tal vez solo esto sea suficiente para mantener el dolor a raya por un tiempo. No creo que mi abuela se haya referido a que debíamos tener sexo todo el tiempo. Solo el suficiente para poder sobrevivir hasta nuestra cita para deshacer el vínculo.