"Podría esperar por ti mil noches y aun así no me rendiría"
Flores, árbol, pajarillos y más.
Cosas que amaba un joven pecoso que vivía en una pequeña cabaña a la lejanía del reino de Yuei
Izuku Midoriya era un aventurero solitario conocido por vencer miles de criaturas que habian amenazado a varios pueblos.
Sus aventuras se convertían en historias para contar.
Muchas mujeres querían ser sus esposas, y como no desearlo.
Izuku era alto y fornido de buenos modales amable con todos y claro que muy guapo.
Izuku siempre estaba solo, apesar de tener a bellas mujeres tras el ninguna captaba su atención.
Cada dia el pecoso salía con espada en mano a explorar las profundidades del bosque encantado, lugar donde habitaban miles de criaturas extraordinarias.
Muchos decían que habitaban moustros despiadados capaces de destrozarte en miles de pedazos solo para beber tu sangre.Una mentira.
Midoriya sabía como eran aquella criaturas, y si, aunque puedan parecer temibles realmente eran lindas e incluso educadas.
Por las noches el peliverde regresaba a su cabaña donde lo único que lo recibia era la oscuridad y la soledad.
Diariamente se preguntaba si algún dia encontraría a alguien a quien amar, una persona, ser o criatura con el que podría pasar el resto de sus días y que lo acompañara en el camino hacia el descanso eterno.
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Hoy era el día donde el pecoso iria al pueblo en busca de más especias y medicinas.
El pecoso tomó su bolso y se dirijo colina abajo en camino al reino de Yuei.
En el transcurso del viaje varios campesinos lo saludaban dándole una manzana o un trozo de pan como cortesía.
Izuku era un salvador, muchas veces ayudaba a los pueblerinos a sus tareas diarias, a veces ayudaba a regar cultivos otras ayudaba a cazar animales para algunos familias incluso iba en busca de raices medicinales para los viejos del reino.
Pronto llegó a la entrada del reino donde de inmediato le concedieron el paso.
Los habitantes al verlo entrar por las grandes puertas de hierro comenzaron a saludarlo, dándole regalos o cartas de amor.
Una vieja anciana se acercó al pecoso.
— Veo que nunca se cansan de darte las gracias — la vieja señora chiyo era una de las curanderas más eficaces del pueblo, una mujer muy sabia pero a veces muy brusca.
— Hola señora Chiyo!! — como siempre izuku saludaba con una gran sonrisa en su rostro — Jajaja si pero no me molesta — la anciana de igual manera sonrió sabía como era el pecoso y esa bondad que avitaba su corazón era incomparable.
Los dos se dirigieron a una pequeña casa donde se encontraba variós frascos con especies y medicinas.
— Y dime que te hace falta? — el menor rápidamente saco una pequeño lista de sus bolsillo entregandosela a la contraria.
— Mmm algunas de estas medicinas aun no las termino asi que tardare unas horas —
— No importa, puede esperar y tal vez pasear por el reino!! —

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Hasta La Ultima Noche 🖤 [DEKUKATSU]
Fanfiction"Te esperare mil años si es necesario, solo para poder verte una vez más"