Capítulo 14

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— ¿Vas a salir el fin de semana?— Erwin lo miraba sorprendido.

— Sí, ¿me corresponde no?— dijo mientras seguía revisando los papeles del informe que el rubio le había dado.

— Así es, pero siempre te quedas en el cuartel.

— Tengo algo que hacer.— respondió con simpleza.

— ¿Puedo saber?— se notaba que quería enterarse de la razón por la que cambiaba su rutina.

— Voy a acompañar a Hange a ver plantas.

— ¿Van a ver plantas?— el comandante no pudo contener una pequeña risa.

— Tu cara se ve más horrible cuando te ríes.

— Por lo menos ya se amistaron y tendrán un buen fin de semana.— lo miró sugerente.

— ¿Tú no?— Erwin se encogió de hombros.

— Cuando no tienes unos brazos que te recibirán con amor al regresar no es lo mismo Levi.

— Tienes muchos brazos que te esperan seguramente.

— No me interesan esas cosas, porque cuando amas a alguien es diferente, te vuelves complaciente, quieres lo mejor para esa persona y es lo que haces, eres más feliz así.

— ¿Por qué me dices eso?— no entendía la razón del sermón.

— Yo amé a alguien, también me amaba, tanto que estaba seguro de que querría esperar por mí.

— ¿Por qué ya no estás con ella?— a Levi le había sorprendido lo dicho por el rubio.

— ¿Y ofrecerle un mundo de incertidumbre?, no quería hacerla sufrir por mi ausencia o formar una familia que viviera con el miedo de que yo no regrese a ellos.— parecía tener nostalgia en su voz.— No podía encadenarla a eso aunque ella estuviera dispuesta.

— Estúpido.

— Desde mi punto de vista fue mi más grande acto de amor dejarla ir, lo entenderías si hubieras estado en mi posición, pero espero que nunca te encuentres en la posición de dejar ir, aunque para ti es más sencillo, tu amada comparte tus ideales.

— Cierra la boca maldito rubio.— lo fulminó con la mirada.— Por cierto, yo no sería cobarde, haría hasta lo imposible para que no se vaya.

— Yo ya tenía prioridades, así que no diré más al respecto.— le palmeó el hombro.—  En fin, tú eres afortunado y ya que no te vas a quedar, puedes irte, pasa un buen fin de semana.— levantó las cejas hacia Levi con una media sonrisa.

— Tsk.

Levi le entregó los papeles antes de salir cerrando la puerta más fuerte de lo que debería. A Erwin le pareció gracioso el berrinche, no se había equivocado al pensar que había algo más entre esos dos, si existía algo que Levi no podía ocultar era la forma en la que miraba a Hange, posiblemente porque no se había dado cuenta del afecto que transmitían sus ojos cuando estaban puestos en ella.

...

Al día siguiente Levi y Hange eran los primeros en dejar el cuartel, emprendieron rumbo de madrugada para poder llegar antes del mediodía al bosque sur, cuando llegaron divisaron la cabaña que Levi había alquilado, ataron a los caballos en la pequeña caballeriza que había e ingresaron, no era grande pero sí acogedora, dos habitaciones con baño, una pequeña sala, un comedor y una cocina.

— ¿Qué habitación quieres cuatro ojos?

— Cualquiera está bien.—  le restó importancia mientras se lavaba las manos.

Mira que lejos hemos llegado (LEVIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora