Capítulo I

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Un nuevo inicio de año estaba empezando, con eso traía nueva temporada de peleas, nuevos contrincantes y con ello Khamzat tendría que prepararse ya que los nuevos aspirantes llegarían para reclamar su lugar en la liga. Desde las cuatro de la mañana el lobo había comenzado a practicar, se sentía algo fuera de lugar ya que no se encontraba en su país natal, se encontraba nuevamente en Estados Unidos, específicamente en Los Ángeles preparándose para una nueva pelea que se aproximaba dentro de poco, aunque su entrenador le recomendó enérgicamente que no se sobrepasara con los entrenamientos, Khamzat sabía que su mente no podía estar en paz si no entrenaba lo suficiente, si el oponente entrena, él lo haría el doble, no se permitiría fallar nuevamente. Los amargos recuerdos del pasado de Khamzat lo inundaban, la sensación de la falta de aire, la debilidad en su cuerpo y las ganas de renunciar le producían el peor de los malestares, el sentirse por un momento que tendría que renunciar era algo que su mente aun le recordaba, sabía ciertamente que eso no era así, pero su mente era el peor de los contrincantes que podía tener. Detestaba pensar todo aquello, era lo que mas le desagradaba de su persona sin embargo aquello lo motivaba a seguir adelante.

El sol comenzaba a colarse por las ventanas del gimnasio cuando el lobo escucho como una de las puertas se comenzaba a abrir, por un momento paro su entrenamiento pensando que podría ser su entrenador y Khamzat estaba a punto de elaborar una excusa para justificar su presencia en aquel sitio, claro, todo aquello se fue en vano al ver a un hombre de un metro y ochenta y seis centímetros aparecer por el umbral de la puerta, una enorme sonrisa se plasmo en el rostros del checheno al ver de quien se trataba.

— ¿Por qué no me sorprende verte aquí? — Pregunto cierto ingles mientras se acercaba al checheno.

—Sabes muy bien que hago aquí— respondió Khamzat observando atentamente al inglés. —Tengo que entrenar Darren, dentro de poco tengo una pelea— dijo Khamzat mientras se acercaba un poco.

— ¿Dentro de cuánto es esa pelea? — Pregunto el inglés mientras se cruzaba de brazos, el inglés sabía cuánto se obsesionaba el checheno con sus entrenamientos —. Porque apuesto lo que sea que falta más de un mes.

—Es en tres semanas y necesito estar listo— dijo Khamzat tratando de excusarse con ello, pero el lobo sabía que su compañero no aceptaría eso tan sencillamente.

—Necesitas relajarte un poco Khamzat, sabes bien que el exceso no te va a ayudar en mucho— replico Darren con seriedad.

El inglés se preocupaba por el checheno más de lo que le gustaba admitir, era uno de los peleadores que consideraba realmente cercano, había compartido tantas experiencias con Khamzat que básicamente consideraba que era el único hombre que realmente lo conocía por completo, sin embargo el inglés sabía que había cierto persistente que renacía cada que se reencontraba con el checheno, que aunque quisiera eliminarlo cada que veía a aquel lobo que lo había salvado de tantas derrotas era imposible ignorarlo.

—Lo sé pero sabes bien que no parare hasta que me sienta bien— respondió igual de serio el checheno, el cual aunque le gustaba la compañía de su único amigo en la liga quería seguir entrenando y así lo hizo.

Las palabras y las acciones dichas por Khamzat estaban ya comenzando a irritar al gorila, el mayor sabía que prácticamente no podría con lo testarudo de Khamzat, de hecho estaba cien por ciento seguro de que el entrenador del checheno lo contacto únicamente porque ya sabía que estaba entrenando en exceso, lo difícil de todo era hacer que Khamzat aceptara el hecho de que su cuerpo iba a terminar con mucho desgastes y no estaría del todo óptimo para la pelea.

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