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numb – marina

Hazel se despertó bastante desorientada, la marca de las espirales de la libreta como una huella en su mejilla derecha. Se había quedado dormida sobre el escritorio, entre un montón de intentos de borrador del artículo que quería presentar para entrar a la Joseph Pulitzer y su teléfono móvil sin batería después de ver el vídeo que había grabado en la biblioteca abandonada en bucle.

Sentía un dolor en el cuello que no desapareció ni siquiera cuando intentó estirarse, los ojos hinchados después de llorar.

Daba igual. Se había despertado demasiado temprano, de todas formas, y el único sonido que se escuchaba por la casa era el sonido de los tacones de su madre. No pensaba salir de su habitación hasta que ella saliera de casa, así que se estiró en la cama y alargó el cable sobre la mesita de noche para cargar su teléfono.

Abrió el perfil de la cuenta que más frecuentaba en Twitter, el único lugar en el que no la llamaban chalada por tener un periódico llamado The Raven's Secret —los fans de Harry Potter eran bastante bienvenidos en aquella red social— o por, simplemente, querer informar.

La cuenta se llamaba @ColoradoLies. Hazel no sabía quién la llevaba, aunque se había intercambiado mensajes con el usuario en un par de ocasiones. En un principio, tal y como su biografía indicaba, era una cuenta dedicada a informar sobre «todo lo que pasaba en el estado de Colorado, incluso aquellas cosas que los medios de comunicación regidos por el gobierno querían escondernos».

Es decir, poco más que una recopilación digital de teorías que oscilaban entre la verdad y la conspiración.

Se aturó sobre una imagen de Starkville, la nieve sobre los tejados y el cielo grisáceo que les había estado acompañando durante los últimos dos meses. Deslizó el dedo para leer los comentarios, el nombre de su pueblo en boca de desconocidos que creían saberlo todo.

 Deslizó el dedo para leer los comentarios, el nombre de su pueblo en boca de desconocidos que creían saberlo todo

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Hazel se aguantó las ganas que le dieron de visitar su perfil solo para mandarle a la mierda y siguió leyendo.


Nunca había creído en teorías de la conspiración

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Nunca había creído en teorías de la conspiración. No del todo, por lo menos. Le parecían bastante estúpidas y surrealistas, una manera de lidiar con el hecho de que no dispones de información suficiente. A Hazel siempre le había parecido una tontería. Si no tienes información la buscas, no te la inventas. Sin embargo...

Todos los días de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora