Solo una pequeña historia que se me acaba de ocurrir 😊
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Hange estaba en un pequeño huerto que había creado para suministrarse junto a su esposo, y así, no tener que recurrir a comprar a cada rato. Cuando ya estaba casi finalizando un trabajo con tomates encontro a un conejito comiendo una lechuga al final del huerto. Al míralo tan concentrado en su labor de ladrón y comelon, se acerco a el lo más sigilosa que pudo y lo tomo rápidamente sin intenciones de dejarlo ir, y en el acto se embarro de lodo, pero ni cuanta se dio de ello,, cuando pudo ponerse de rodillas y después en pies con el conejo sostenido por sus manos corrio hacia la cabaña para enseñar el animalito muy bonito a su marido.
El animalito se quería escapar, pero, la de lentes ahora con algo de barro, no lo dejaria. Al entrar a la casa llamo a Levi, este el cual estaba sentado leyendo un libro con sus propios lentes, ya que la falta de un ojo le obligaba a usar uno. El pelinegro de levantó de su lugar y se acerco a la castaña notando a cada paso como esta estaba cubierta por suciedad, este la mira seriamente. La castaña se limito a sonreír y estirar sus manos al hombre.
-Miralo- Dijo ansiosamente mostrando lo que llevaba.
El conejito pataleo por unos segundos y después solo se tranquilizó, dándose por vencido a su soñada escapatoria.
Levi miro al rostro a su mujer, y después la paso al conejo, con una expresión tosca.
La castaña sintió unas gotitas de sudor sobre la quijada, pero Levi no dijo nada al respecto y solo extendió su mano derecha para acariciar al pequeño saltarin, y levantó su vista a la cuatro ojos.
-¿Lo cocinas tu o yo?- Le dijo con cierta gracia sabiendo que a ese tamaño, el conejo no sería ni media comida para un adulto, pero, queria hacerle una broma a Hange.
Ante decir tales palabras, la castaña dejo de sonreír, para darse media vuelta y llevar al conejo a donde lo había encontrado embarrando de lodo el piso al caminar.
A Levi le salto un nervio del ojo, pero prosiguió a suspirar y también a buscar con que limpiar ese desorden.
La castaña volvió al huerto dejando al conejo a donde había estado antes y despidiéndose del conejo casi derramó una lagrima. Cuando el animalito se marchó desesperado, Hange volvió a terminar su trabajo con tomates, pensando en como Levi podia bromear de esa forma tan cruel, aunque, casi siempre había sido así de tarado. Suspiro, retirando el sombrero que llevaba y se volvió a la casa, notando ahora como estaba cubierta de lodo por todas partes. Trago saliva con miedo, porque había entrado a casa así y Levi la había notado, ahora sabía porque de la mirada tosca.
Camino con pesades pensando que cierto pelinegro gruñón ya estaba preparando esa tina con jabones, lo que, si era cierto.
Ahora para ella, los baños eran como un manjar, pero, no mucho cuando su esposo sacaba ese lado macabro de bañarla y restregar su piel sin piedad.
Al habrir la puerta y entrar a la casa, unas manos la capturaron, y despues unos brazos la cargaron hasta llevarla al baño.
Ahora iba a sufrí por haber perseguido a aquel conejo.
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