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En estos momentos me encuentro empacando, mañana a primera hora tomaré un vuelo a Londres. Al fin podré ver a mis amigos,las lecciones con Damien me sirvieron demasiado así que ya podre poner en mi lista de "𝘐𝘥𝘪𝘰𝘮𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳", es un gran tutor de portugués.
Ayer fue nuestra última lección y decidimos hablar de nuestras vidas-bueno en mi caso corta vida -me dijo que aparte de dar tutorías hacia natación. Después se tuvo que ir, me despedí de el y prometi regresar en las vacaciones para verlo en alguna competencia.
Este viaje me sirvió demasiado para encontrarme a mi misma, necesitaba estar "sola" entre comillas ya que después mis padres disfrutaron casi 3 semanas conmigo, salimos a varios lugares y compre varios regalos para los chicos.
-Isabella, debes apurarte. Tu vuelo sale en dos horas. - dijo mi padre
-Si papi, solo término de acomodar mis libros - El solo sonrió y agarro uno de ellos. A mi padre le apasiona la lectura, es algo que saque de el.
-A dos metros de ti, es un buen libro cariño. -Me acerque a el y me extendió el objeto. Sonreí con nostalgia, este libro me lo había regalado un viejo amigo.
-Es lindo, es uno de mis favoritos-dije con una gran sonrisa, mi padre me revolvió el cabello y sonreí tiernamente.
-Bueno, termina de guardar eso, te espero en el auto.-me dio un beso en la frente y salió de la habitación.
Me apresure a guardar las cosas y baje, una de las mucamas me ayudó a bajar las maletas que me faltaban. Al guardar las cosas en el maletero, agradecí por la ayuda y me despedí de ellos. Sin más me subí al auto y nos fuimos directo al aeropuerto.
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Al fin había llegado a Londres, después de estar sentada como una hora, me dolian las piernas y el cuello. Al bajar por las escaleras,vi a los chicos-a los chicos, me referío a Harry, Imogen y Ben- los salude y me acerque a ellos. Al primero que abraze fue a Greene, lo había extrañado demasiado.
-Te extrañe Harry-dije mientras le daba un beso en su mejilla.
-Yo igual te extrañe Isa-sonrei tiernamente, estabamos metidos en nuestra burbuja que olvide a los demás.
-Perdón, igual los extrañe-Imogen me miro seria,me acerque y la abraze.
-Isa, yo fui la que más te extraño. Me hiciste mucha falta, no sabes lo horrible que es aguantar a estos dos. No paraban de llorar por que no estabas, me preguntaban cuanto faltaba para que tu vuelo llegará, es tan estresante, me debes un paquete de tus deliciosas galletas. -Solté una carcajada, estos chicos son demasiado lindos, son demasiado para mi. A veces me pregunto, que hice para merecer amigos tan lindos.
-Eso no es cierto, Isa, no le creas.-Protesto ben,eso hizo que se desatara a una discusión, solo los veia con una sonrisa, me gustaba estar así con ellos.
Al verlos discutir por quien tenía la razón, me vino un deja vú, cuando teníamos seis años. Ben había roto uno de los garrones de la mamá de Harry, estábamos muertos del miedo.La señora Greene, llegó preocupada, nos pregunto que si estábamos bien, vio el garron destrozado en el suelo y nos lanzo una mirada acusadora.
Sentimos un gran escalofrío recorrer nuestro pequeño cuerpo, Ben tenía sus ojos llorosos, nos pregunto que quien había sido en responsable de el desastre, todos nos miramos. Ninguna tenía la intención de decir la verdad, hasta que Ben habló.
-Fue Imogen-Ben había culpado a la pobre de Imogen, ella se levantó ofendida y le dio un empujón al pequeño niño.
-eso no es verdad, Tia, fue Ben quien lo hizo. -Señalo al niño, el solo empezó a protestar y eso hizo que los demás niños empezarán a hablar. La señora Greene, solo observaba la escena con ternura.
-Bueno niños, no pasa nada. Mejor, ¿quien quiere galletas? -Todos los niños dejaron su mini discusión para alzar las manos, ella solo los guió a la cocina, para darles a cada uno un gran vaso de leche y galletas recién salidas del horno.
Al pensar en eso,se me vino a la mente, ¿Por que no pasar un tiempo entre amigos?, así como lo hacían cuando eran niños.
-Ya chicos, dejen de discutir. ¿Quien quiere galletas? -Ellos me vieron con ojos brillantes, dejaron de discutir y me siguieron a la salida del aeropuerto para llegar a casa a hacer galletas y darles un vaso de leche. Así como en los viejos tiempos.
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