Las luces del lugar se mantenían en constante movimiento, variando los colores a través del establecimiento. Creaban un ambiente totalmente ameno para las personas que habían decidido pasar una divertida noche de viernes en ese lugar.
A excepción de Park Jimin.
El rubio, de baja estatura –al menos para sus amigos masculinos–, con dedos pequeños, regordetes y lindos labios. Aquel chico que no paraba de observar a la pareja besarse en sus narices, mientras jugaba con la pajilla de la bebida que habían pedido sus amigos hace más de una hora, pero de la cual no había bebido ni una gota, perdido en aquellos que, evidentemente pasados de copas, no paraban de besarse.
Fruncía el ceño y aunque trataba de evitar mirar hacía allí, sus ojos se desviaban hasta ese lugar. Lugar que a él le gustaría ocupar.
—Oh, shit. Here we go again —Nayeon a su lado citó, con una ceja alzada—. Cada vez que salimos con el conejito y su novia, sucede lo mismo. Ya lo hemos hablado, Jimin.
Era cierto, y justo por esa razón se perdía gran parte de aquellas salidas junto a sus amigos. Pero no era algo que hiciera con intención. Jimin sólo prefería quedarse en casa viendo cualquier basura en Netflix, a tener que salir y ver al que consideraba su primer amor tener cualquier gesto con su novia, las miradas o toques que él deseaba para sí mismo. Por esa misma razón, su grandiosa amistad se fue deteriorando a medida que Jimin evitaba ver a Jungkook y este último se mantenía entretenido con su chica.
No había que confundirse, pasaba tiempo con Jungkook, claro que lo hacía. Eran inseparables, pero prefería evitar salir junto a ellos cuando sabía que la chica estaría presente, lo cual, últimamente era cada vez más frecuente. Y aunque esta noche quería evitarles, gracias a los ruegos de Jungkook porque fuera, no pudo negarse.
Sabía que sus gestos eran una debilidad para Jimin.
—Lo sé, Nay, es sólo que después de tantos años...
—Desearías haberle superado —completó, acariciando su espalda en forma de consuelo.
—Desearía —asintió lentamente, dando un sorbo de su bebida.
Cualquiera creería que con todos los años que han pasado desde que Jimin admitió estar flechado por su mejor amigo y al ver que este avanzó, teniendo a una chica para otorgarle tanto amor, ya debería haberle dejado ir, pero sencillamente no podía. Podría estar acostumbrado de cierta forma a todas esas escenas que formaba la pareja, pero no implicaba que dejaran de herirle. Tal vez, sólo era masoquista al observarlos durante tanto tiempo.
Sí, siempre eran él y sus ganas de torturarse.
―Oh, Mimi. Tal vez Nayeony deba usar sus superpoderes de cúpido y encontrar a un chico lindo que consuele a mi segundo pollito favorito ―sonrió en su dirección, contagiando al rubio.
―Mmh, dos cosas ―alzó sus pequeños dedos para mostrar su punto―. La primera es que ni lo intentes, pues sé perfectamente de qué forma acaba ―la rubia giró los ojos, soltando un resoplido, decepcionada―. Y la segunda, ¿por qué el segundo?.
―Oh, lo siento, Minnie. Pero Felix haciendo aegyo será mi mayor debilidad ―asumió con una mano sobre su pecho.
Jimin rió.
―Tienes razón ―asintió―. Pero cuando hace aquello de... no lo sé, cambiar su voz de forma drástica. Es extraño. Me da miedo ―fingió estremecerse. Nayeon le acompañó con una carcajada.
—A mí me parece muy lindo.
Ambos se giraron en dirección a la voz aguda que mencionó aquello, encontrándose con Yeri sentada con bastante comodidad sobre el regazo de Jungkook y abrazada a su hombro.
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𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐞𝐬 ᥫ᭡ • kookmin
Fanfic"𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 𝚟𝚊 𝚊 𝚌𝚊𝚜𝚊𝚛𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚞𝚜 𝚜𝚞𝚎ñ𝚘𝚜, 𝚢 𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗 𝚎𝚜 𝚜𝚞 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘, 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚕𝚎 𝚊𝚙𝚘𝚢𝚊 𝚒𝚗𝚌𝚘𝚗𝚍𝚒𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎. 𝙿𝚎𝚛𝚘, ¿𝚙𝚘𝚛 𝚚𝚞é 𝚍𝚎𝚜𝚊𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎 𝚍�...