Capítulo I

83 9 7
                                    

No diré, que la vida es un desastre, pues la aprecio demasiado.

A veces creo que simplemente, que algunos tienen más suerte que otros, pero todos tenemos momentos que merecen ser recordados, aunque desde ellos haya pasado un buen tiempo.

Normalmente, buena o mala sea mi situación me recuesto en mi cuarto a divagar, sobre mi día, a veces narro algunos trozos de poesía, los que frecuentemente se relacionan con lo que yo deseo para mi vida.

Aún mantengo el ser optimista, y a pesar de que muchas veces hay situaciones que a simple vista son dañinas, y corrompen a cualquier ser con sentimientos, intentó cubrir las heridas, al menos temporalmente, hasta que me desahogo aquí, en mi cuarto, que me ha albergado durante 17 años.

Ya eran las 22:30 pm. Hoy lograr estar en paz conmigo misma, se había convertido en un verdadero desafío.

Los seres humanos, son como la luna, tienen dos lados, pero a veces el lado más oscuro predomina por sobre la belleza del lado contrario. Cada cual es cómo quiere, pero dañar a alguien que nada te ha hecho, lo considero un verdadero, calvario, fastidio, abuso; lo que no quiere decir que no tenga solución.

Pero es la muerte la que me ha complicado todo desde hace unos seis meses.

He leído que las cosas cambian, y el recuerdo de que "las cosas están en constante cambio" me dan una esperanza, para creer, que si los demás se resisten a mostrar su lado más débil, sensible y/o real, yo puedo darle el giro necesario a mi vida.

Cuando hube acabado de leer por enésima vez "Sense and Sensibility", ya pude intentar dejar mi mente en un tipo de "estado de reposo", en el cual todo, se encuentra en equilibrio.

Desperté alrededor de dos horas más tarde, gracias a que Grace, mi madre me trajo un trozo de brownie y un té de limón. Era bastante tarde, pero ella me comprendía. Ultimamente, mi apetito no surgía a una hora llamada "adecuada" para la cena.

Comprobé las fotos en mi celular, allí seguía aquella imagen que habiamos tomado un día soleado en el parque.

Para aquel entonces yo aún sonreía, ahora de nada valía.

No podía volver el tiempo atrás, aunque tampoco podía dar un paso más, un paso al costado. Lo prometimos.

Oigo como si hubiese sido ayer el último día en que lo escuché cantando en la entrada de mi casa, sólo con su guitarra, sus sentidos y latidos.

Cuando su sangre aún era impulsada a través de sus venas, cuando aún podiamos entrelazar nuestras manos.

Ese fue un día, uno que de repetirse está lejos, más bien enterrado en el baúl de los recuerdos.

Me vestí con mi pijama, probé los últimos bocados de mi cena y me dirigí a lavar mis dientes.

Por alguna razón, me observé atentamente, frente al espejo, y noté lo pálida que estaba, mis ojeras y mis labios, fruncidos en una forma que lejos de ser una sonrisa, era la representación de mi decepción y frustración de no poder lucir como una chica, normal, sino como una muerta en vida.

Quiza yo debía estar en su lugar.

Cuando hube terminado de cenar, supuse que debía descansar; me recosté mirando un punto fijo en mi habitación, un frase que se leía del lado contrario

"Tiende tus brazos a quien abre su mente, su cuerpo y corazón para ti".

Sin más que decir, cubierta por el edredón, caí rendida en los brazos de morfeo.

+++

Quizá llevaba más tiempo del que siempre paso observándola, pero considerando que no puedo acercarme más a ella, que mediante susurros, soy justificado.

Me acerqué a su rostro y recorrí con la suavidad de mi sombra, su pálida y tersa piel, sus párpados agotados, su expresión de un dulce bebé al dormir, pero por sobre todo, pude sentir su calma.

Me sería fácil estar a su lado si no hubiese sido porque unos idiotas, me dieron un batido de alcoholes con medicamentos, luego me tambalée realmente aún no sé dónde me encuentro, pero los rayos del sol ya no atraviesan por mis ojos, todo es oscuridad; la cual me separa de Rose.

Si hubiese razonado en ese momento, si tan sólo hubiese medido mis acciones, podría darle un abrazo a mi madre, que tan desconsolada, sufre, como si supiera que yo estoy, pero sin poderme ver.

Su temor lo impide, su miedo a dejarme ir una vez más sin decir adios.

Aquel sentimiento, no es parte de Rose. Ella me conoce, desde sus sueños, lo que me permite poder cuidarla, aún cuando se niega a creer en los fantasmas.

Aún cuando se niega a creer en mi.

Ahora debía hallar la manera de hablar con Rose, debía hallar la manera de salir de aquí.

+++++

Hola queridas lectoras(es), este es el primer capitulo de la historia, sé que quedaron con ganas de más, las espío ٩(-̮̮̃-̃)۶

¡MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, LECTURAS Y VOTOS!

Han cumplido la meta que puse; me refiero a los 5 votos como mínimo.

Subiré el capítulo dos, pero tardaré un poco más, pues tengo exámenes finales hasta el segundo lunes de Julio D': KILL ME!

Les prometo que subiré el capítulo siguiente luego de la fecha que mencioné anteriormente :)

Aprovecho para decirles que en mi perfil pueden encontrar dos novelas más, llamadas "Hola, Amigo Rubio" y "Pyromaniac".

La última historia que mencioné, estoy pensando en hacerla fanfic, pero necesito saber si ustedes lo quieren así. ¡Comenten!

Pd: ¿Qué les parece la historia hasta aquí? ¡Yo estoy re emocionada!

Pd2: Esto se pone bueno [inserte cara siniestra] jajaa

Pd3: Os quiere, Cata xx.

Phantom [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora