capítulo uno.

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-Así es, el señor Negrón es quien robó los veinte mil pesos de la familia Montecarlo, digo, es fácil de deducir señores, las cuentas de un momento a otro subieron.

De nuevo otro caso se resolvía en la ciudad de México.

¿de quién era el tan glorioso acto?

-Es usted muy inteligente detective Jonathan

-Lo sé Juan, no es necesario recalcarlo- dije con aires de soberbia a su aprendiz.

Este era un día normal para mí, el mejor detective de México, conocido y envidiado por muchos, en realidad, no los culpaba, si yo fuera uno del montón también envidiaría todas estas habilidades, pero que puedo decir, soy único en el mundo.

-Juan nos han mandado un nuevo caso, iremos a chihuahua, definitivamente este caso se ve interesante…creo que intentan ponerme a prueba- comento mientras mi vista se paseaba por el texto de la carta que yacía en mis manos.

-Detective Jon-

Sin más lo interrumpo.

-Juan, cuántas veces debo decir que puedes llamarme Jonathan a secas, ¿tenemos confianza no? - le doy una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.

-Está bien jefe, ¿entonces viajaremos en tren?

-Técnicamente estamos al lado de chihuahua- me paro y me pongo mi saco, me volteo a ver a Juan- pediré los mejores asientos para el mejor detective de México, no puedo estar junto a gente rara- hago una mueca mientras veo a la gente de mi alrededor, varias personas me ven con una mirada no tan agradable, realmente no me importó y seguí mi camino hasta la caseta.

-Dios, el viaje fue realmente largo jefe, pero dormí muy bien- comenta Juan entre bostezos, puedo verlo estirándose.

-No hagas eso en público- lo regaño- tienes que cuidar tu apariencia, recuerda que eres el aprendiz del mejor detective de México- le dije un tanto disgustado por sus acciones.

-Sí, perdón jefe, no volverá a pasar- pronuncio seriamente.

Salimos de la estación de trenes y subimos a un taxi, le doy la dirección y sin más este maneja hasta la ubicación. Por la ventanilla del taxi puedo deleitarme con la vista, veo la gente pasar, los coches, el gran tráfico.

Pierdo la noción del tiempo hasta que el taxista avisa que hemos llegado.

Nos bajamos del taxi y un gran cartel decía “Casas grandes”, lugar en el cual se encontraría mi próximo desafío.

-Wow, este pueblito es muy bonito- Juan paseaba su mirada de un lado a otro sin quedarse quieto.

-Así es, este pueblo es bonito, pero yo lo soy más- solté una carcajada bastante engreída.

Caminamos por el pueblo hasta dar en una casa de madera gastada, grande y con un patio un poco descuidado.
Sacó la carta del interior de mi casa y la desdoblo.

-La carta dice que es en esta casa, toca, ya veremos que sucede- dejo que Juan de un paso en frente para que toque la puerta, espero me inviten una taza de café, pienso.

Juan toca la herradura y la aplasta contra la puerta haciendo ruido.

- ¿Holaa, hay alguien ahí? - grito- ¡soy Jonathan el mejor detective de México!
Juan seguía golpeando la puerta ligeramente mientras yo gritaba.

De la nada una señora abre la puerta asomándose entre el hueco de la puerta y el marco. La señora parece ser un poco más baja que nosotros, cabello castaño con finos rayos blancos, le podría calcular unos cuarenta años, como mínimo.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2022 ⏰

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Detectives: fuego y cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora