Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]

Capitulo 74

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« Séptimo Acto: Máscara »

« Sujeto: J4cks?n»

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"Y seguimos con los teatros, ¿no es una maravilla? En el teatro de la vida, todos llevamos una máscara; unos la usan para ocultar sus miedos, otros sus verdaderas intenciones. La intriga radica en descubrir quiénes somos detrás de esas máscaras cuidadosamente diseñadas, pues en ese juego de sombras se esconden los misterios más profundos de nuestra existencia".

El latente dolor de cabeza era insoportable, ahogándolo en su malestar. El sentir de sus extremidades había desaparecido, yacía inmóvil y comprimido en una penumbra opresiva. Cada respiración era un esfuerzo sobrecogedor. El cuerpo de Bin parecía una carga inmovilizada por un peso invisible, y el gélido aire que lo rodeaba le calaba los huesos, provocando un intenso escalofrío.

Estaba semidesnudo, siendo su ropa interior la única prenda sobre su cuerpo que lo abrigaba en aquél frío lugar. Sus muñecas estaban atadas tras su espalda alrededor de una tubería más en la esquina y sus tobillos de igual manera amarrados.

Bin luchaba por abrir los ojos, aunque le costaba distinguir entre la oscuridad que lo rodeaba y la agonía que le atrapaba. Finalmente, logró entreabrir los párpados, y la luz filtrada por una rendija en la pared le permitió divisar su entorno. La imagen que se desplegó ante sus ojos lo dejó sin aliento: estaba en una habitación lúgubre, sus extremidades estaban atadas, y la angustia inundó su mente por un instante al comprender que estaba prisionero.

No recordaba como llegó ahí, lo último que aparecía en su mente era la imagen de Dongmin, justo cuando lo dejó en su casa antes de que diera la media vuelta y comenzara a caminar un poco para despejar su mente en aquellas calles oscuras, y luego un fuerte sonido metálico resonó antes de que todo se volviera oscuro y su cuerpo cayera al suelo.

Habían tuberías en el techo y por las paredes, tuberías maltrechas que goteaban y provocaban un eco en la habitación. La rendija se encontraba arriba, casi en el techo, dándole a entender que estaba en un sótano o algo parecido. Habían un par de congeladoras y cajas de madera a su alrededor.

Conocía esas cajas, claro que lo hacía.

¿Cómo no iba a reconocerlas si él mismo se encargaba de cargarlas hasta la tienda?

Inconscientemente sonrió, sabiendo de quién se trataba tal hazaña como el haberlo secuestrado.

—Despertaste, Bin. —aquella voz era tan conocida para él, sí, sabía quién era. Si no fuera por la cinta que se encontraba en su boca impidiéndole el habla ya hubiera escupido su nombre—. ¿Cómo te encuentras? ¿Tienes frío? —rio agachándose hasta su altura—. Bien, despierta que necesito hablar contigo. —agarró su cabello tirándolo para atrás y observar su rostro un momento antes de soltarlo bruscamente.

Jackson se levantó arrancándole el pedazo de cinta de la boca de Bin, llevándose consigo un poco de piel de sus labios los cuales comenzaron a sangrar.

—Ni intentes gritar, nadie te oirá aquí abajo.

—No pensaba hacerlo. —sonrió ligeramente mientras escupiña un poco de saliva y flema acumulada en su garganta que había estado reteniendo desde que despertó.