No más malos sueños

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Una cálida sonrisa invadió su rostro sin poder evitarlo cuando sintió como era sostenido por ambas manos al caminar. Giró su vista hacia un lado y luego al otro, observando momentáneamente a aquellos dos chicos que avanzaban junto a él en silencio, hablándole de cualquier cosa de vez en cuando y haciéndole sentir seguro de sus sentimientos.

Su tacto era tan cálido y reconfortante que no podía evitar emocionarse al pensar que todo aquello realmente podría funcionar, estaba entusiasmado por eso; por poder estar con las dos personas que más quería en el mundo sin tensiones o problemas de por medio.

Fue por eso, que en busca de hacerles saber a los otros lo mucho que significaba todo aquello para él, dio unas cuantas caricias sobre las manos ajenas con delicadeza, llamando su atención y provocando que ambos se giraran a verle con una cálida sonrisa que el latino correspondió.

Primero miró a USA, luego a Rusia, y soltó una pequeña risita cuando este último le jaló suavemente hacia él como respuesta, algo que no fue mucho del agrado del gringo, razón por la que rodó los ojos sin que los otros dos lo notaran y acto seguido atrajo a México hacia él en un abrazo, uniéndolos a ambos más de lo que el latino estaba anteriormente con el euroasiático.

El hispano solo se giró a verle con una sonrisa penosa, entendiendo perfectamente a qué se había debido todo aquello y dejando que el estadounidense le rodeara con uno de sus brazos mientras caminaban, no podía quejarse, la verdad era que le gustaba e inclusive se le hacía tierno cuando el otro hacía lo posible por llamar su atención cuando estaban con el ruso, y comprendía que lo que sucedería a continuación no sería del todo agradable, pero aún así consideraba que era lo mejor.

Pues sí, había tenido la brillante idea de acompañar a USA a una de sus citas en el psicólogo y tomar todos juntos algo similar a lo que sería una "terapia de pareja".

Solo que ahora... bueno, serían tres.

Siguieron caminando un poco más y no mucho después finalmente llegaron a su destino, adentrándose en aquella clínica y realizando el mismo proceso que siempre hacían antes de una cita, sentándose a esperar su turno una vez hubieron terminado.

Y tras algunos minutos, cuando al fin fueron llamados, un suspiro pesado escapó de los labios del estadounidense, quien, haciendo evidente su desacuerdo por todo aquello, se levantó de su asiento seguido de los otros dos y posteriormente se adentraron a la consulta donde pasarían la próxima hora y media.

Al ingresar, todos tomaron asiento en tres de las cuatro sillas que había acomodadas en el cuarto. Por obvias razones México quedó en medio, así que aprovechó esto para asegurarle a cada uno que todo saldría bien.

En respuesta, Rusia sonrió brevemente, asintiendo con suavidad algo nervioso. Por su parte, USA resopló cruzándose de brazos, apartando la mirada con fastidio.

Poco después una mujer de bata blanca entró al cuarto y tomó asiento en la silla restante.

Le sonrió a los tres.

—Buenos días —Saludó con cortesía, posando brevemente su mirada sobre cada uno. —Ya me informaron más o menos de lo que quieren con esta sesión. ¿Así que buscan algo como terapia de pareja, eh? —Mantuvo su sonrisa, hablando a modo de broma con un tono un tanto "pícaro".

México asintió correspondiendo la sonrisa, Rusia y USA apartaron la mirada incómodos.

—Recientemente iniciamos una relación, pero estos dos no se han acostumbrado todavía, así que queremos solucionar eso —Hizo saber el mexicano demostrando confianza, siempre le había agradado la psicóloga de USA, quizá más que al mismo USA.

Another eyes...❞ |UsaMexRus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora