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Capítulo i. Arrancadero

───Trafalgar Law.

Mugiwara hizo una mueca extraña luego de fallar en el intento de repetirlo y el nombre se perdió en su memoria demasiado rápido para intentarlo una vez más.

───¿Por qué es tan importante? ───inquirió el oficial al volante.

───Información.

Roronoa no dijo nada más, únicamente se concentró en el camino frente a él a espera de indicaciones.

───Derecha en doscientos. ───La voz de Nami resonaba en sus oídos, fuerte y clara a través de sus comunicadores, mientras los guiaba desde la base, al otro lado de la ciudad.

───Explíquenme la necesidad de instrucciones tan específicas. No me digan que Zoro está al volante. ───comentó el francotirador con ironía.

Nami le había enviado una dirección por mensaje con el motivo de Operación Especial justo cuando el mesero del elegante restaurante al que había invitado a su novia le entregó el menú. Era su maldito día libre.

Una hora después su motocicleta corría a doscientos kilometros por hora detrás de sus compañeros, confiando en que los cintos del estuche que guardaba su rifle táctico habían sido correctamente ajustados y que tenía suficientes municiones para la operación de la que no sabía absolutamente nada.

───Zoro está al volante ───explicó Robin, ignorando la mirada rabiosa que el nombrado le lanzó por el espejo interior del auto.

Hubo un corto silencio antes de que Usopp estallara en risas, ocultando unas más discretas detrás.

───Eso tiene mucho sentido ───dijo entonces. Su molestia se disipó, pero tuvo que callar sus burlas cuando escuchó al peliverde chasquear la lengua o más tarde sería usado como maniquí para entrenamiento por este mismo.

Próximo a la curva, Roronoa apretó el cuero negro que envolvía el volante bajo sus manos. Entrecerró los ojos, afilando la mirada cuando la curva que debía tomar estaba a la vista. Mantuvo la velocidad y con un movimiento ágil cambió de dirección. Los neumáticos chillaron contra el asfalto y sin esperar nada más hundió el pie en el acelerador, manteniendo un brillo en sus ojos porque en verdad desfrutaba de ese tipo de maniobras.

Él era por mucho, el conductor más capacitado del equipo. Se abría camino en las autopistas, serpenteando entre los vehículos a máxima velocidad como si fuese la cosa más sencilla del mundo; sin embargo, su sentido de la orientación era tan engañoso como ver agua en el desierto cuando el sol está en su punto máximo, por lo que, necesitaba ser dirigido o tener que perseguir directamente a su objetivo ──casi siempre era lo segundo──.

───Joker es prácticamente un fantasma. Desde hace dos años no ha habido un rastro que la policía pueda seguir. Ahora y sin más estamos yendo en busca de uno de sus hombres. ───La elocuente voz de Sanji desde el otro auto llamó la atención de todos. Conducía a poco mas de medio kilómetro por detrás del de Zoro, con Brook como su copiloto───. ¿De dónde salió la información?

───El viejo Sengoku nos lo pidió. ───Luffy miró su dedo luego de hurgarse la nariz con inusual tranquilidad.

Lo recuerda llegar a la base y entregarle el expediente, exigiendo la captura del sujeto lo más pronto posible. Aunque él se había encargado de dejarle en claro que no seguía ordenes de nadie, a excepción de ese hombre. A quien Sengoku se vió obligado a llamar por el bien de su justicia.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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