Capítulo 6

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Louis se limpió la saliva saliendo de su boca tras oler el aroma a delicioso salmón

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Louis se limpió la saliva saliendo de su boca tras oler el aroma a delicioso salmón.

Harry volvió con al menos diez salmones gordos y le dio cinco.

Pensó que eran demasiados, hasta que sintió los movimientos de sus cachorros pidiendo comida. De alguna forma lo sabían. Estaban hambrientos y ansiosos, moviéndose como locos, pateándolo y empujando hacia afuera.

—Gracias.—dijo en voz baja y comenzó a masticar. Cuando terminó el primer salmón se percató de que Harry no estaba comiendo.—¿No comerás?

Harry movió los salmones hacia su dirección.

—No tengo mucha hambre.—contestó—.¿Terminaste?

Louis negó con la cabeza.

—Ya casi.—mordisqueó los salmones restantes.—cuando terminó, observó al alfa sospechosamente.—¿De dónde sacaste la comida? Dime la verdad.

—Fui a las cascadas y regresé en mi forma de oso. Te lo dije.

El omega arqueó las cejas.

—Dijiste que era tu reserva.

—Es mi reserva que estaba escondida en las cascadas.

—Sabes que no te creo, ¿verdad? Es imposible.

—Casi imposible, pero soy un alfa.

—A menos que tengas la capacidad de ir volando, es imposible. Bueno, si eres un pájaro, confiesa. ¿También puedes transformarte en pájaro?—cuestionó sarcásticamente—Si no me quieres decir, está bien. Mientras no hayas asesinado a alguien por esta comida. No lo hiciste ¿verdad?—Harry negó con la cabeza.—Cuando vivía en casa, con mis padres, no teníamos dinero para comer pescado, ni carne. Solo verduras, frijoles y arroz. Me siento agradecido.—resopló. Estaba evitando pensar en su familia.—.Cuando viva en las cascadas, comeré salmones todos los días.

Se mordió el labio para no sonreír.

No quería precipitarse. Si se ilusionaba y al final la situación tomaba un rumbo diferente sería decepcionante. Afortunadamente fue inteligente antes de tomar la decisión de irse, porque nadie sabía dónde estaba. Ni sus amigos, ni sus padres. En caso de que cumpliera su objetivo, viviría sin temor a ser obligado a pertenecer a un alfa.

Volteó a ver a Harry que estaba distraído, observando el salmón sin comérselo.

Su ropa estaba llena de agujeros, las plantas de sus pies estaban extremadamente sucias, parecía que se había revolcado en el lodo y la herida en su tobillo lastimado lucía dolorosa. No era grave, pero si no la mantenía limpia iba a infectarse.

—Los salmones se echarán a perder si no te comes tu parte. Ahora están frescos, si los dejas ahí comenzarán a apestar.

—¿Quieres mi parte?—le preguntó el alfa.

Salta, LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora