ERIS

Sigue sin mi...

Cuando desperté estaba completamente empapada en lágrimas, tenía nuevas cicatriñces, mis ojos estaban hundidos y tenía grandes bolsas bajo ellos, solo recordaba sus últimas palabras -sigue sin mi- esta frase no deja de rebotar en mi mente.

Si tan solo le hubiera llamado antes... Yo podría tal vez evitar esto, evitar el desastre, evitar su muerte...

Su nombre no deja de resonar en mi cabeza -Eva- es lo único que mi boca logra pronunciar.

Desearía regresar en el tiempo y hablar con ella, poder verla una última vez, sentirla cerca de mi, o por lo menos escuchar su voz.

Aún sigo tratando de procesar todo lo que pasó...
Solo recuerdo que ella me llamó y yo estaba tan centrada en terminar mi estupida canción para ella que no logre escuchar mi teléfono, cuando por fin lo atendí solo escuché su respiración, sus últimas palabras, no imagino todo lo que por su mente en ese momento.

Recuerdo su voz tratando de hablar y lo único que hacía era disculparse conmigo, se sentía tan culpable en ese momento...
Recuerdo muy bien esa llamada y lo que pasó ese trágico día.

-Eris- su voz tan cansada -lo siento, lo siento tanto mufi- se escucha tan triste, casi rota -No lo pude evitar, perdón, te prometí tratar de mejorar pero ya no puedo más, lo siento, lo siento mucho mufi-.

-Eva ¿estás bien?- fue lo único que pude decir en ese instante -Hey tranquila, todo va a estar bien, pero necesito que me digas que demonios está pasando-.
Estaba acostumbrada a que me llamara al borde de una crisis, siempre la apoye y trate de ayudar en todo.

-Eris yo... y-yo...- no podía hablar bien.
-Estaba muy mal. -Estoy teniendo una sobredosis de doxepina... l-lo siento-.

Me quedé en shock, mi novia está teniendo una sobredosis y yo no estaba enterada, no lo dudé ni dos segundos y salí corriendo con mi patineta directamente a su casa.

No debería durar mucho pues vivía a 10 minutos de mi casa, no podía pensar claramente estaba aterrada de lo que podría pasar.

Cuando llegue entre corriendo por el patio de atrás a su habitación, su madre solo se me quedo viendo pues nunca iba yo sola.

Cuando llegue era demasiado tarde...

La vi recostada en el suelo, música sonando a todo volumen y con su último aliento me dijo -Tienes que seguir sin mi- su voz apenas y se oía y yo solo pude ponerme a llorar.

-Sigue sin mí- Me dio una carta y ella simplemente se desplomó en mis brazos.

Solté un grito desgarrador y Ana, su madre, subió de inmediato y al verme ahí en el piso junto a su hija con las cajas de pastillas vacía entendió todo...

*******

La siguiente semana está borrosa, no recuerdo mucho, solo yo en mi habitación, escuchando la música favorita de Eva, echa un desastre sobre mi cama, llorando cada que la recordaba, sin querér hablar con nadie.

Mi madre trató de hablar conmigo pero no puedo, simplemente cada que trato de hablar terminó llorando, sé que no le gusta verme así pero es lo único que puedo hacer.

Toda la semana fue así ni siquiera fui a la escuela, mis amigos decidieron darme un poco de espacio después de tratar de hablar conmigo y que no haya funcionado, ella lo era todo para mí, pero nuestra relación era secreta, nuestros padres no lo aprobarían así que decidimos fingir que solo éramos amigas.

Hay tantas cosas que no le dije, tantas cosas que teníamos por vivir, tantos sueños y metas por cumplir, tantas promesas sin cumplir...

Eva mi chica, como yo le decía, era la persona más importante que tenía, y se fue tan fácil, tan de la nada, estuve con ella durante todas sus crisis y siempre la superaba, pero creo que todos tenemos límites.

Ir a su tumba no fue la mejor opción, pues estar con su hermano y su madre es solo no poder dejar de recordarla, ellos no la conocían tanto como yo pero la amaban tanto, verlos mal, solo me hace pensar en todo lo que vivimos, todos son recuerdos tristes, recuerdos grises.

Sé que no puedo estar así siempre en algún punto tengo que salir y seguir con mi vida, empezar desde cero, o simplemente suicidarme y estar con ella, pero se que ella no sé ha ido, ella vuelve cada que la luna se asoma, se siente su presencia cada que la luz de la luna entera por mi ventana, cada que escucho algo de música suave la pienso, era nuestra favorita.

Esto ya no es vivir, es solo... Sobrevivir, gastar oxígeno, debo hacer algo por mi, para sentirme mejor, para poder ir a su tumba sin ponerme a llorar, para lograr sanar, para recordarla con anhelo.