23.

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Capítulo 23.

HEATHER.

Despierto en los cálidos brazos de Niall, con mis piernas entre las suyas y cubiertos de un suave edredón. Aferro mi agarre a su cintura porque la habitación está oscura y la noche ya ha caído. La televisión proyecta una luz tenue, pero aún así no me alejo de su lado ni un centímetro.
Cuando alzo mi rostro para mirarlo, me doy cuenta que está profundamente dormido. Y está roncando suavemente, escucharlo me hace sonreír.

Sé que debería despertarlo y pedirle que me lleve a casa, pero no quiero dejarlo solo. Me gusta estar aquí con él, hace tanto tiempo que no dormía tan bien, sin sueños extraños, sin pesadillas y por supuesto sin miedo. Además, él es muy cálido, el calor emana de su piel y a mi piel fría le encanta como se siente.
Durante algunos minutos lo observo dormir, me encantan sus finos labios, me encanta la barba que crece en su mentón y me encanta mucho su cuerpo. Sus bíceps se marcan a través de la camiseta que lleva puesta debido a que él se ejercita mucho.
Me pregunto si su abdomen estará tan marcado como sus brazos.

Tocarlo mientras duerme definitivamente no está bien, no sin su consentimiento. Pero serán sólo caricias sutiles, o eso me repito mientras guío mi mano por debajo de su camiseta y mi palma hace contacto con la suave piel de su vientre. Respiro profundamente, mi pulso se acelera y me agito como una adolescente al notar que sí tiene cuadritos. No como los fisicoculturistas, pero mis dedos trazan los relieves pequeños que se forman en su estómago. Podría pasarme la vida tocándole y jamás me cansaría, pero ahora debo dejarlo dormir un poco más antes de despertarlo, así que comienzo alejarme lentamente, pero su mano se cierra alrededor de mi muñeca, sobresaltándome.

-¿Se perdió algo bajo mi camiseta? —Susurra somnoliento pero con diversión. Me ruborizo al instante e intento alejar mi mano, pero él me sostiene con más fuerza —¿O solo querías tocarme?

-Quería comprobar si estabas respirando, solo eso —Miento descaradamente y él se ríe de mí.

-Estoy respirando, por supuesto.

-Sí, ya lo sé —Murmuro.

-Sí —Lentamente apoya mi mano en su vientre y la cubre con la suya —Dormiste mucho.

-Tú también, te escuché roncar —Digo y él se ríe.

-Así que, realmente lo hago.

-Sí, pero suavemente —Le cuento mientras mi dedo pulgar acaricia su piel. Él asiente.

-¿Tienes hambre? Puedo llamar y pedir la pizza —Dice, pero lo último que puedo pensar en este momento es comer.

-Después —Susurro mirándolo.

-No puedo llevarte a casa muy tarde.

-Me gustaría quedarme —Le hago saber.

-Heather —Él me observa afligido —Me encantaría, pero no quiero tener a tus padres en mi contra.

-Lo sé —Respondo acercándome a su boca —Quizás en otro momento ¿Sí?

Él asiente y luego deja un suave beso en mis labios. De entre todas las drogas que he probado, su boca es la más adictiva, porque una vez que se une a la mía, no puedo dejarlo solo allí. Me lamo mis propios labios antes de hacer lo mismo con los suyos y atrapar entre mis dientes su labio inferior.
El torrente sanguíneo viaja directamente a mis partes íntimas y el deseo me invade. Y es que todo él me provoca, es la manera en que nuestras piernas continúan enredadas, es la manera en que mi mano continúa en su vientre a escasos centímetros de su pelvis y es la forma en que él respira agitado por nuestra proximidad.

Cuando mis dientes sueltan su labio, es él quién viene a mí y comienza a besarme, un beso para nada inocente, porque hay muchos roces de lengua, mordiscos y jadeos por parte de ambos. Y mis dedos se enredan en su cabello para tenerlo más cerca mientras me acomodo entre sus piernas y percibo su protuberancia endurecida, que no duda ni un segundo en ejercer una leve presión contra mí, haciéndome soltar un gemido de placer, porque se siente muy placentero aquel roce.

OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora