Capitulo Diecisiete

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                          Carla

Salí del salón de clases donde me había hecho entrar Jason con el enojo bullendo en mi, sabia que era un imbécil, pero hoy incluso se había superado en estupidez.

¿Que se creía ese imbécil para comportarse como un novio tóxico como si le debiera explicaciones? Aunque era mi culpa por haberme dejado llevar por el momento y haber follado con él.

Era una idiota.

Era tan idiota que me había pasado el fin de semana pensando en lo que había pasado. Dándome golpes de pecho por haber sucumbido al deseo y por no poder dejar de rememorar lo que pasó. Jason era un idiota de eso no había duda alguna. Pero no podía negar que disfruté demasiado acostarme con él y sentí demasiado también.

Sí, he tenido buen sexo, muy buen sexo. Pero nada como lo que pasó el domingo. Sentir su piel contra la mía, sus besos que me quemaban, sus caricias que me hacían perder el juicio, nunca me había sentido tan excitada, incluso unos minutos después de terminar. Le pedí que me llevara a casa, porque la situación me abrumaba. No soporto a Jason, pero había disfrutado que me besara y me tocara e incluso si me hubiera quedado en su apartamento, seguro habíamos repetido, pero recuperé el juicio y salí de allí.

Al final, después de pensar demasiado me dije a mi misma que no era para tanto. Él estaba acostumbrado a los encuentros esporádicos y seguro que no le daría importancia a lo que pasó. Por eso incluso lo ignoré, pero ahora el muy imbécil se creía que podía cuestionarme sobre con quien hablaba o besarme a su antojo.

¿Que se cree?

Y no conforme con besarme como si fuera suya y preguntarme sobre Damian, también me dice que no fue para tanto lo que hicimos

Que se joda

Obvio lo hizo por ardido, porque no podía dejar de gruñir cada que me embestia. Incluso se puso un poco cariñoso después de follar.

Mientras caminaba enojada por los pasillos de la universidad, mi móvil sonó y el número de mi hermano brilló en la pantalla. Me detuve abruptamente y contesté con el corazón latiendo como loco.

—¿Le pasó algo a mamá?

—Tranquila, nada nuevo. Sólo necesitaba comentarte algo ¿tienes tiempo?

—Claro, dime.

—Estaba pensado ir a casa este fin de semana, mamá me preocupa demasiado, creo que vernos le haría bien y no sé con suerte la podamos convencer de ir al psicólogo, es obvio que necesita ayuda.

—Cuenta conmigo, claro que iré, necesito ver a mi mami y hacerle saber que estamos para ella.

—Entonces te compraré el boleto de avión y nos vemos en casa, te amo.

—También te amo, Carter.

Después de la llamada de mi hermano no me pude concentrar en ninguna de mis clases, no dejaba de pensar en lo mal que estaba mamá y lo mal que estaba mi relación con papá. No habíamos vuelto a hablar después de que me llamara para exigirme que tratara de tener una relación más cordial con su pareja que también era la mujer por la que había dejado a mamá. La misma mujer que llamaba a mi mamá para restregarle que mi papá estaba con ella, que le compraba cosas y que a ella si la quería.

Amaba muchísimo a papá pero si tenía que buscarme un trabajo para poder costear mis cosas pues lo haría. Simplemente no podía sentarme a charlar como si nada con la mujer que lastimó a mi mamá, porque mi papá la había lastimado muchísimo, pero esa mujer básicamente le restregó en la cara a mi mamá que era más joven, más bonita y más activa sexualmente. Hizo que mi mamá se llenara de inseguridades y jugó con su dolor, así que no. No iba a acercarme a alguien así, aunque tuviera que sacrificar mi relación con papá.


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De camino a casa no hablé nada, mi mente era un caos, entre mi mamá, mi papá y lo que había pasado con Jason, era mucho para procesar.

Madison no habló en todo el camino. Ella sabía que yo era de las que hablaba cuando quería hacerlo, obvio necesitaba decirle a mi mejor amiga lo que estaba pasando y lo que yo estaba sintiendo, pero se lo diría en nuestro apartamento, en pijama y con un bote de helado. Así era como ambas decíamos lo que nos hacía mal.

Cuando llegamos al apartamento, estuvimos bañadas y en pijama, sentadas de piernas cruzadas en el sofá con un bote de helado en nuestras piernas entonces fue cuando hablé.

—Mamá está tomando pastillas para dormir aunque nadie se las recetó y papá quiere que tenga una relación más cercana con su amante, cuando sabe lo que ella le hizo a mamá, si no lo hago amenazó con dejar de darme dinero para mis cosas. —lo primero que Maddie hace es abrazarme fuerte, no supe que necesitaba ese abrazo, hasta que lo prolongué lo más que pude.

—Lo primero que quiero que sepas es que sé que todo va a mejorar, algo hay que hacer para que tu mamá busque ayuda. La necesita mucho y también los necesita mucho a ustedes.

—Carter y yo iremos a casa el fin de semana para hablar con ella.

—Me parece bien, ellas los necesita. Tu mamá es una mujer fuerte y los ama más que a nada, estoy segura que verlos ayudará.

—Eso espero, porque es duro ver que mi mamá se está apagando cada día un poco más. Además tengo miedo de que abuse de esas pastillas y luego se vuelva adicta a ellas.

—Eso no pasará.

—Tengo miedo de perderla. —digo en medio de un sollozo.

Entonces Madison me vuelve a abrazar y me susurra cosas al oído. La abrazo fuerte porque siento que la situación me supera y aunque siempre parezco que nada me afecta, mi mamá es mi vida y sin ella, yo no sé qué haría.


Holi humanos ¿hay alguien aquí con vida? Bueno si hay alguien pues espero su voto y comentario. Sería de mucha ayuda saber que piensan sobre la historia.

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