Capítulo veintiséis: Colapso

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Adriana's pov


Apenas la vi correr hacia donde estaba aquel viejo almacén lleno de sillas y mesas de madera, supe que algo andaba mal.


- Miss Gina. La detuve al verla con intenciones de levantarse de las gradas. - No se preocupe, yo me encargo. Ella sólo asintió confundida y sin más, me dejó ir.


Obvio que algo estaba mal, todo estaba mal, habían perdido la final de básquet por una mínima diferencia... ¿Cómo no estaría mal después de eso?

Oh... claro, ¿Cómo puedo no contar todo desde el principio? Básicamente todo estaba saliendo perfecto y parecía ser un día genial... lo normal, iban ganando, y después no entiendo qué diablos sucedió y comenzaron a hacerles faltas para bajar su rendimiento y resistencia.

¿Resultado? Perdieron y apenas el marcador anunció que el juego había acabado, todas salieron corriendo  del coliseo, excepto por Andrea y Dalezka, quienes quisieron quedarse por respeto, hasta que ninguna aguantó más, Dalezka se fue con miss Gina y Andrea simplemente abandonó todo.


- ¿En dónde estás? Sé que me escuchas. La llamé apenas entré al almacén al lado del coliseo. - Andrea. Mas el silencio era infernal, lo único que podía escuchar era mi respiración, absolutamente nada más. - Hey. Susurré arrodillándome frente a ella cuando al fin la encontré. - ¿Por que lloras?

- Creo que es una pregunta un poco obvia. Intentó reír, mas el dolor era difícil de disimular. - Les fallé. Se encogió de hombros y volvió a secarse unas lágrimas. - Perdimos de la peor manera posible... no imaginé este final ¿Sabes? Era un buen día. Recordó nostálgica.

- Y el día no se ha acabado aún. Aseguré extendiéndole mi mano, mas sólo negó y se disculpó por eso. - No... está bien. Me acerqué a ella y la abracé. - Es sólo un partido, además, ganaron el anterior y llegaron a la final, eso ya es un logro... vamos, Andrea, no quiero verte así. Dije algo entristecida.

- Por eso mismo mi plan de venir al almacén... de ese modo no me verías así.

- Se necesita más que huir a un almacén para evitar que vaya a buscarte... eres como mi hermana ¿Cómo podría dejarte aquí así?

- Gracias Adriana. Sonrió entre lágrimas mientras se secaba algunas de éstas. - Vaya... este almacén me trae varios recuerdos.

- Lo sé... increíble ¿Cierto?

- Oh sí... por supuesto que sí, este almacén tiene toda una historia. Rio. - Es especial.

- Uh-huh... ¿Acaso tú me dejaste sola esa vez que me encontraste aquí con las sillas de plástico?

- No... pero fue otro contexto. Ante su respuesta sólo rodé los ojos. - Además... mírame, no hay forma de que salga así.

- Bien, entonces vamos al baño, te lavas la cara y regresamos al salón.

- Mmm... ¿Miss Gina no está decepcionada?

- Ay no, tú sí que estás mal. Reí y sin esperar más, la jalé de la muñeca para levantarla del suelo. - Es raro... en ningun momento del partido vi que la pelota te hubiese caído en la cabeza como para meterte esas ideas.

- Hablaba en serio...

- Andrea... no. Negué de inmediato. - Claro que no... ¿Cómo puedes pensar eso?

- No lo sé. Murmuró algo avergonzada. - Es... no sé, en verdad.

- Pues ahora lo vas a averiguar. Le dije mientras caminábamos hacia el salón.

- ¿Me vas a llevar hacia allá? No, estás loca. Se soltó rápidamente de mi mano.

- No tienes nada de qué avergonzarte... finalmente, no sólo perdiste tú, perdieron las 5.

Los mejores meses de mi vida [Secuela After the bell rings]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora