Peso 51 kg.
Si bien es un peso normal según la mayoría de la gente, para la gente que me conoce es un peso mínimo, el cual he conseguido a punta de dolor y lágrimas.
Mi nombre es Carla, tengo 22 años y he bajado 20 kg en cuatro meses.
Todo comenzó a los 16, cuando de la boca de una amiga escuché de la dieta del abc, en la cual ibas reduciendo tu ingesta de calorías a tal extremo de ayunar en algunos días. Debo aceptar que en ese momento lo encontré demasiado ridículo y sin sentido, ¿ Cómo iba alguien dejar de comer tan dramáticamente de la noche a la mañana? sin embargo el concepto llamó mi atención.
Un año después mi mejor amiga fue internada por anorexia nerviosa. En ese momento me había vuelto una experta en todo lo que concierne esta enfermedad. Sabía que dejar de comer al punto de llegar a los huesos no era saludable, que aquello era un suicidio lento y doloroso, pero sin embargo decidí introducirme en aquel mundo.
En este momento debes estar pensando que soy sólo una niña estúpida que necesita de atención y por eso quiso atentar contra su cuerpo. Déjame decirte que puedes pensar lo que quieras, pues sólo yo sé el trasfondo de todo lo que me llevó a llegar a esto.
Cuando mi amiga, Alexandra fue dada de alta del centro psiquiátrico en el cual se encontraba, ella lucía hermosa, no tenía miedo a nada, ya había superado a todas aquellas voces que le decían gorda cada vez que hacía acto de presencia en el salón de clases, calló a todas las compañeras que hablaron de su peso y se burlaron de ella, superó los sobrenombres, superó el hambre y toda la mala vibra que calló sobre ella en aquel tiempo.
Al cumplir 19 años yo ya había echo de ana y mia un estilo de vida. Al igual que Alexandra había dejado mudos a todos los que siempre se burlaron de mi peso, de mi condición de "la amiga gorda", de los prejuicios y retos de mi madre, por que sí, ella también está muy obsesionada con todo lo que es el peso y la imagen corporal. Esto debido a que ella sufrió al igual que yo.
Me enamoré de alguien, muchos más andaban detrás de mi y todo porque había conseguido una imagen corporal "agradable". Lamentablemente el tipo del que me enamoré me hizo mucho daño, sólo me quiso para pasar el rato y se burló de mi. Es por eso que nunca me volví a enamorar, nunca volví a confiar.
Desde aquella edad hasta el día de hoy he visitado distintos especialistas, ninguno de ellos me ha ayudado realmente. Sólo se conforman con lo poco que les digo y me llenan de pastillas, nadie entiende mi condición, nadie logra comprender que mi estado se debe a la pobre autoestima que tengo, a que no confío en la gente porque siempre me utilizan, a que no me agradan los eventos muy aglomerados, que no creo en dios como el resto de mi familia, que el peso es el tema central de mi vida, que vivo el día a día porque es lo que me ha tocado y punto.
A los 21 años alcancé mi mayor peso, 71 kg. Era espantosa, una masa amorfa y pelirroja sentada en una clase de nutrición, pues eso es lo que estudio, rodeada de cincuenta mujeres hermosas y esbeltas, que no sufren por ser así, que fueron hechas con aquel cuerpo y así se mantuvo hasta aquel día. Maldita genética.
La presión me hizo añicos y terminé perdiendo 20 kg. Ahora peso 51 kg y quiero seguir perdiendo un tanto más. No por el hecho de ser bella y deseada como fue anteriormente, si no porque no he podido ver los cambios. Me he quedado sola, completamente sola debido a lo pobre que es mi presencia alrededor de la gente. A veces desearía poder tener a quien amar, a alguien con quien poder conversar, pero simplemente aquello no está permitido para alguien tan insignificante como yo. No merezco amor, ni amistad ni comida.
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Breathe me
RomanceCarla tiene 22 años, una vida desecha y una pobre visión de la vida. Carla sufre de anorexia y una profunda depresión. Carla no cree en el amor. Carla conoce a Gonzalo. Carla y su mundo se han puesto de cabeza. ¿Qué ocurrirá? ¿Logrará por fin cree...