Capítulo 3: Extrapolación de conflictos

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"Soy tú, 20 años en el futuro."

El joven pelinegro no sabía que decir, ya que podía ver que efectivamente era una versión más adulta de él, hasta que comenzó temblorosamente a negar con su mano.

"N-no, eso... eso es imposible..."

"Sí, todo esto es muy raro, yo tampoco lo entiendo muy bien... pero bueno, así es..." Señaló despreocupadamente ese Tobio adulto.

"No, es que- Yo- ¿estos son realmente mis-?" Sacudió cabeza antes de corregirse. "¿Son tus hijos?" Ese Kageyama adulto lanzó una risa burlesca.

"Wow, ¿por qué piensas eso?" Respondió sarcástico, para luego volverse serio. "Obviamente son mis hijos, por eso me llaman 'papá'."

"No, esto no es posible... Yo no perdería mi tiempo así..." El adolescente señaló con espanto, mientras el adulto frunció el ceño de forma muy marcada.

"Mis hijos y mi pareja son lo más importante para mí."

"No... no..." Seguía el muchacho de Karasuno, alterándose más y más. "Tú solo estás jugando conmigo... Es decir, esto de que eres yo en el futuro es... ¡es absurdo! ¡es imposible! ¡No hay forma de que eso ocurra!"

"Bueno, piensa lo que quieras..." Dijo el adulto rodando los ojos, para luego tomar en brazos a Hana y comenzar mimarla brevemente. Justo comenzaba a retirarse, cuando el joven armador siguió hablando.

"Y aunque realmente fueras yo... ¡yo jamás me convertiría en esto! ¡Yo estaré junto a los mejores jugadores del mundo, y para ello debo entrenar, no puedo perder el tiempo jugando a la familia feliz con un par de mocosos!"

"Papá... ¿de qué está hablando?" Shota preguntó confundido. Su padre acarició su cabeza para calmarlo.

"De nada, no te preocupes." Delicadamente, puso en el suelo a Hana. "Cuida un momento de tu hermana por mí, ¿sí?" El pequeño asintió con la cabeza, y tomó la mano de la niña. Rápidamente se dirigió al adolescente, quien respiraba descontroladamente. "Cálmate. Estás asustando a mis hijos." Hubo una breve lucha de miradas, hasta que el adulto lanzó un suspiro agotado. "Vaya, que era idiota." Masculló cansado para sí mismo. "Debes entender que el deporte y el volley no lo es todo."

"Para cumplir con mis metas, debo enfocarme. No puedo-"

"¿Qué harás cuando no puedas seguir jugando?" El muchacho podría jurar que dejó de respirar por un momento.

"¿...Qué...?"

"Cualquier cosa puede pasar. Como una lesión que termine con tu carrera, un accidente, o que simplemente la edad no te permita seguir compitiendo. Dime, ¿si ya no pudieras seguir en la cancha, tu vida se terminaría?"

"Yo- yo-"

"Porque si es así... entonces prepárate para que tu vida se termine bien pronto." Dicho eso, el hombre dio media vuelta y se comenzó a alejar. "Vamos a casa." Habló con cariño a sus hijos hasta que desapareció de la vista de Kageyama. Se quedó ahí, con el corazón apretado.

"...Entonces prepárate para que tu vida se termine bien pronto."

¿Qué significaba eso? ¿Qué le pasaría? ¿Por qué su vida se terminaría? ¿Realmente le quedaba tan poco tiempo en la cancha?

Lentamente, partió nuevamente al gimnasio, al entrar fue abordado por preguntas.

"Kageyama, ¿dónde están los niños?"

"Se fueron..."

"¡¿Qué?! ¡¿Dejaste que se fueran solos así no más?!" Takeda le comenzó a reclamar.

Punto de Inflexión [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora