Desperté con los primos rayos del sol que tocaron el cielo, esté tenía un leve color gris con varias nubes, mire a Dylan durmiendo plácidamente sobre mi hombro, su cabello negro carbón estaba más desordenado que de costumbre, tenía una expresión que reflejaba tranquilidad, observe su ropa un momento, estaba usando su camiseta verde de cuadros negros y su pantalón de acampar marrón. Me levanté con cuidado de no despertarlo para caminar hasta el borde del edificio, me senté ahí en la orilla, permitiéndome ver el amanecer, era una vista hermosa, un ambiente tan tranquilo, acogedor, y, sereno que me daba una bonita sensación; luego de que el espectáculo celeste terminará regrese con Dylan para volver a acurrucarme con él, era una mañana calmada, lo suficiente para no querer desperdiciarla en preocupaciones.
Rato después algo frío y húmedo cayéndome a la mejilla interrumpió mi sueño, intenté ignorarlo pero a los pocos segundos la misma sensación regreso, solo que esta vez me tocó la frente, abrí los ojos para ver qué era, lo primero que divisé fue el cielo que hace horas estaba iluminado por el sol ahora era cubierto por grandes nubes de lluvia, Dylan no tardó mucho en despertar también frunciendo un poco el ceño por las gotas de agua aterrizando sobre él.
- Buenos días - saludé amablemente.
Él me miró unos segundos mientras frotaba sus ojos para acostumbrarse a la luz.
- Buenos días Alhyi - me dijo feliz, "Alhyi" era un apodo que me había puesto accidentalmente cuando estábamos en el circo, no me molestó mucho así que de vez en cuando me llamaba así, ciertamente me alegraba oír ese sobrenombre.
Una vez que ambos despertamos completamente nos dirigimos a las escaleras que nos habían llevado a la azotea, no bajamos ni el primer escalón cuando nos detuvimos en seco al escuchar unos pasos acercándose a nosotros. Yo estaba petrificada por el temor de la simple idea que algún monstruo nos atrapará, mi cerebro me pedía a gritos que corriera a esconderme pero los músculos de mis piernas se negaban a obedecer, luego de un rato un hombre se hizo visible, uno con un extravagante traje de vestir chamuscado, tenía quemaduras eras brutales en su cuerpo, las costras de piel quemada se caían con facilidad haciendo que chorros de sangre marcharan el suelo, sus dientes eran amarillos, llenos de caries, por lo visto estaba completamente ciego ya que tenía una venda en el ojo y, el otro ni siquiera estaba presente, además calzaba unos elegantes zapatos que en su momento pudieron ser apropiados para una gala, ahora solo eran una miseria que apenas cubría sus dedos, y aún así este dibujo una diabólica sonrisa en su boca.
- Buen día muchachos - nos saludo, Dylan y yo estábamos perplejos, ¿Cómo supo que estábamos ahí?, ni siquiera nos molestamos en responder, corrimos a la maceta que habíamos usado de refugio la noche anterior, pero no tardamos en darnos cuenta que no nos serviría de escondite en esa circunstancia.
- ¡Dylan hay que salir de aquí!- le susurré alterada.
-¡Si lo hacemos nos va a atrapar!- contesto de la misma forma.
- ¡Lo hará si no nos movemos!-
- Niños, ¿Por qué huyen?, Soy yo con quién han vivido durante medio año o más - dijo el hombre con su voz de payaso fue en ese momento en el que logré adivinar quien era, y él era el último monstruo que quería que nos encontrará. Mire frenéticamente mi entorno buscando una salida, el único escape lógico era el uso de las escaleras, pero eso podia hacer que nos igualara el paso de inmediato al bajarlas, entonces mire los edificios de alrededor, la distancia entre cada construcción no era mucho y tampoco era mucha diferencia de alturas.
- Dylan no me odies después de esto ¿Sí? - rogué.
-¿Pero por que-!?- no termino al sentir que lo jalé con fuerza de la mano hasta llegar a la orilla del techo.
-¡Salta!- le ordené y lo obligué a lanzarse, aunque no era tanta la diferencia de alturas pero la distancia era más grande de lo que calculé, por suerte había varios cables cerca de nosotros, inmediatamente me sujete de uno e intente avanzar pero cargar a Dylan era un pequeño problema.
-¡Alayah!¡Te vas a lastimar!¡Soy más pesado que tú!- grito mientras yo me cercioraba de no soltarlo.
-¡Claro que no!- le resongué, era cierto, él era más pesado que yo, también me haría más difícil el cruzar, pero había algo que me deba una gran ventaja, y justamente fue gracias a ese viejo, él me había obligado a ser su trapecista, me balance con fuerza, cuando me pareció suficiente como caer en el techo del otro edificio le pedí lo siguiente.
-¡Prepárate para caer en el techo!-
-¿¡Qué!?- apenas termino esa palabra lo lance al otro edificio, cayó rodando y se raspo un poco la cara, pero estaba vivo, se levantó de un brinco, inspeccionó su cuerpo, como asegurándose de estar completo, ya que termino una gran sonrisa de alegría pinto su rostro, una lastima que no haya durado tanto como se que él hubiera querido que se manteniera.
-¡Alayah, salta!- me grito desde la lejanía, pero mi cuerpo comenzó a temblar, el miedo se estaba apoderando de mi cuerpo, acababa de tener la valentía suficiente para salvar a Dylan pero ahora la cobardía estaba ganando terreno en mi mente, mis manos empezaban a resbalar del plástico empapado por la fría agua de lluvia; "tal vez debería dejarme caer" "tal vez debería soltarme y morir aquí" "quizá aquí termina el camino para mí" esos eran mis pensamientos en ese momento, si yo desaparecía Dylan podría hacer más cosas por no tener que esperarme, si yo moría el Jefe no obtendría tanto dinero en el casi imposible caso de que atrapará a mi amigo, moriría por decisión propia, estaba por ceder, pero mi cuerpo se negó a relajar los músculos de las manos, mi propio cuerpo me desobedeció."¡QUIERO VIVIR!"
Gritaban mis músculos, cada fibra de mi ser se rehusaba a soltar ese cable, entonces me di cuenta que no quería morir, aún me quedaba un pendiente en ese mundo de horrores, aún tenía que encontrar a mis padres; con más fuerza que antes me aferre al cable, estaba más que decidida a llegar al otro edificio, me faltaba menos de un metro para llegar al otro lado, pero el jefe no tenía intención de dejarme escapar.
-¡No dejaré que vivan malditos engendros!- grito - ¡Ustedes arruinaron mi negocio! ¡Ahora yo los arruinaré a ustedes!.Dicho esto se escuchó como rompió la maceta, después con un trozo tan afilado como se podía corto el cable que yo tenía en manos, la brusca caída hizo que soltara el cable por unos segundos, tiempo suficiente para que no pudiera recuperar mi agarré. "Ya está, hará aquí llegue"
" Voy a morir" " Moriré " pensé sin poder evitarlo. Me preparé para el impacto que me esperaba, me despedí de todos mentalmente.....¿Qué me dice quedaba ya? De todas formas iba a morir, o eso pensaba, justo cuando me había dado por muerta algo sujetó mi mano fuertemente.
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Desde abajo
AventuraEn esta historia nuestra protagonista de ojos color carmín, se extraviá en un mundo totalmente distinto al que ella conoce, donde todas las pesadillas de cualquier ser vivo se hacen realidad. Sigue a esta pequeña aventurera y descubre junto con ella...