Apuntando avances

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No podía entender porque esos  demonios eran tan decepcionantes, dependían por completos de sus alas y sin ellas parece que se volvían inútiles

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No podía entender porque esos  demonios eran tan decepcionantes, dependían por completos de sus alas y sin ellas parece que se volvían inútiles.

—De verdad... No pueden escapar.

Susurró para si mismo, el tercer día de vacaciones obligatorias y estuvo ocupado con los seis demonios que le dio su novia, en sus planes iniciales era dedicarse un día para cada uno, pero con lo que pasó ayer en la noche no pudo dormir y se quedó a buscar más esa misma sensación que le originó el primero con el que empezó, aunque está vez no se le olvido prepararle sus cabellos.

Vio la hora, ya eran las 5 am,  tenía mucho que hacer como deshacerse de los cuerpos, aunque entre sus planes estaban otra cosa que no simplemente enterrarlos.

—Ninguno salió de este enorme sótano, que decepcionante. Realmente los demonios no son tan fuertes como creí.

Vio al que le dio mayor esperanza, una chica, incluso ahora ella le estaba viendo con odio.

"Oh pero si esta viva"

Dio una cálida sonrisa a la muchacha, ella tenía sus alas arrancadas, cortadas en el cuerpo, latigazos en la espalda y el hombro sin el trozo de carne, pero ella es la única que sin las alas seguía viva aún sin tanta sangre.

—¡Eres un maldito! ¡Ya me hiciste las heridas ahora déjame!

—No, no. Tienes que escapar. —Se inclino para quedar lo más cercano al suelo. —Yo escape exactamente con esas heridas, todos los demás que viste... Murieron, pero yo... Yo sobreviví.

La chica, con un color de cabello naranja, no podía creer eso, rápido entendió que solo era un experimento.
—¿Estas... Tratando de replicar..?

—¡SI! Hasta que alguien lo entiende. —Le tomo del hombro no dañado. —Por años, escuche que el hecho que allá escapado yo solo, era un milagro y por mucho tiempo, esa idea no me a dejado dormir en ocasiones y... Vaya quería saber si alguno de ustedes lo iba a lograr pero lo mas cerca fuiste tu que estas al borde de la escalera.

—No somos cosas para que hagas esto.  Maldito humano.

Iruma se sintió extraño por eso, tomó a la chica del cuello con bastante fuerza que se podían escuchar los quejidos y el ruido de la tráquea que de a poco se rompe.

—Mmm.. Parece que no eres inteligente, aunque no te puedo quitar el mérito de ese descubrimiento. —Sonrió y camino con ella, manteniendo alzado su mano para así seguir con el fuerte agarre.

La chica se quejaba y trataba de separarse, con sus brazos débiles tomó la mano de Iruma para así aflojar el agarre pero era en vano.
—N-No puedo respirar...

—¡Oh! —La solto y cargo de una forma más decente, como si fuera un bebé, atrás de ellos, flotaban el cuerpo de los otros cuatro demonio muertos. —Bueno mi intención es que mueras pero sería lamentable que sea ahora que sabes mi verdadera especie.

Profesor Iruma-KunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora