¡Tú, no tienes la culpa!

capitulo 2. Fabricando Fantasías

La dulce y tierna Ga Eul vs un casanova desesperado.

Mi relación con Yi Jeong no fue fácil, desde el comienzo, sin embargo, aprendí a sobre llevar momento con él. Decir que me enamore de él un día en particular, por un gesto o quizás por su personalidad, podría ser fácil para cualquiera, pero para mí... ¡No lo es! Para empezar, confundí su ayuda con interés, luego disfracé de emociones positivas su personalidad de casanova y como si esto no fuera todo, le confesé mi amor hacia él y que recibí a cambio... una lista con reglas en las que por supuesto yo no cumplía ninguna. Después una cita fallida o mejor una cita con humillación incluida.

Después de ese día, acepte la derrota. So Yi Jeong no era el hombre que podría amarme, por eso con la poca dignidad que me quedaba empecé a recomponer mi vida, por pedazos. Pero lo más difícil ha sido continuar a su lado, siendo su amiga.

Por eso, en ocasiones me siento un poco deprimida, ¡claro, no le he dicho a nadie! Por un lado, Jan Di, mataría a Yi Jeong, Woo Bin seguramente volvería a discutir con él, así que para todos finjo que todo está bien.

Sin embargo, en la soledad de mi apartamento, las cosas son diferentes. Entre llanto, dolor y melancolía trato de borrar su recuerdo. Por eso, me hice la meta de buscar a otras personas para así, alejarme de ese dolor.

Pero todo ha salido al revés, cuando intento pasar desapercibida de él, entonces, simplemente el cómo todo un príncipe llega, se preocupa por mí, me cuenta miles de historias, me acompaña hasta mi apartamento, en otras ocasiones me lleva comida, me recoge a la salida del trabajo.

Esta noche ha sido diferente, después de una semana de mucho trabajo, me resfrié el clima últimamente ha sido muy fuerte. Por eso no podía ir al evento en el club de Woo Bin, hasta donde logre entender uno de los futuros socios del Grupo Shinhwa realizaría un lanzamiento de un producto tecnológico en la industria de los videojuegos, por eso asistirían todos los F4, lógicamente Jan Di, Jae Kyung.

Yo estaba muy tranquila en mi cama somnolienta, considerando la cantidad de medicamentos que tome para quitar ese resfriado. Pero todo parecía inútil. De pronto el sonido del timbre me pone alerta, sin ánimos de querer abrir, dejo que suene, pero la insistencia me obliga a abrir la puerta.

Mi sorpresa fue tan grande que me maldije inmediatamente. Ahí, estaba el hombre que sin proponérselo altera mi mundo. Él con su porte de hombre elegante, su mirada profunda y esa sonrisa que derrite hasta el polo norte me escanea rápidamente – hago la pregunta del millón ¿Qué estás haciendo acá? No quiero contagiarte....

Su respuesta es tan rápida al igual que sus acciones que me descubro en sus brazos porque siento, la calidez de su cuerpo, el aroma de su colonia y me pierdo en un mundo de fantasía.

De pronto soy consciente que después de tomarme en sus brazos estoy en mi habitación, donde me arropa, mientras empieza a abrir unas bolsas que traía, mientras me dice que no debo preocuparme por él, que ahora lo único que importa soy yo.

Ga Eul, tienes que tomar este medicamento – te aseguro que estarás bien en unas horas.

Ya tomé mucho... de eso...

No seas terca, te conozco estarás tomando solo té y alguna pastilla. Este es muy bueno – anda tomátelo.

Ok. Gracias – me pasa un vaso con agua y tomo ese medicamento que espero realmente me ayude – porque mañana tengo que ir al colegio.

Eso, te prometo que pronto estarás mejor. Ahora dime algo – has tomado tu temperatura, siento que tu cuerpo está un poco caliente –

¡Claro! ¿Cómo no estarlo? Si te tengo a ti, en mi habitación, mientras yo.... Concentrate Ga Eul – bueno creo que no tengo fiebre, pero no te preocupes.