Siempre Seras Tu

Capítulo 3

† Alexis

Camino de un lado a otro pensativo, Klaus esta hablando con una de sus secretarias. Tocan a la puerta y no es necesario abrir para saber quién es, pongo mala cara cuando veo a Emira, mi futura esposa, ella me sonríe así que hago lo mismo mientras me siento en el escritorio de mi oficina.

— ¿Cuantas personas vendrán a la boda? — pregunta emocionada

Miro a Klaus que solo me mira con curiosidad, los dos esperan una respuesta por parte mía...

— Será una boda sencilla, así que solo estarán mis hermanos y mi madre

Ella anota algo, se acerca a mi mientras me besa en la mejilla, se despide de Klaus mientras sale de la oficina. Todos se quedan en silencio mientras me miran... Agarro mi chaqueta y salgo de la oficina, todos me saludan cuando voy pasando por los pasillos. Al llegar a la casa de Máximo noto como miles de personas se pasean por toda la casa.

— ¿Que pasa aquí? — le pregunto a Máximo

— Es que venderé la casa... Volveré a mi país natal, por unos meses

— Okey

Le digo y salgo de su casa otra vez...

— Ah, por cierto — volteo a mirar a Máximo — Yo iré a tu boda, tendré una escusa para emborracharme

Es lo último que dice antes de volver a la casa, me dirijo en completo silencio hasta mi casa al llegar, el primer ruido que escucho es el de Joneck que ladra como si fuera el fin de mundo, le pongo mala cara mientras lo alzó haciendo que pare de ladrar. Noto como se duerme en mis brazos, suspiro y me siento en el sofá mirando hacia la nada

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Después de un mes no es que sienta mucha emoción al estar casado pero prefiero ser infeliz a que mis hermanos lo sean... Emira me besa muy apasionadamente mientras me va quitando mi ropa lentamente. Me separó de ella, ella me mira confundida, coge una de las sabanas mientras se tapa los pechos.

— No debería ser yo quien te quite tu virginidad — le susurro

— Pero eres mi esposo... Tu debes ser quien lo haga

— ¿Quieres que lo haga? — le pregunto serio — Podrías encontrar a alguien mejor que yo

Ella me sonríe. Es buena persona o eso creo, ninguno de los dos se ama solo es una obligación este compromiso. Ella acaricia mi cabello mientras mira mis labios.

— No te amo..., pero me han dicho que sabes coger muy bien — niego con la cabeza divertido

Empiezo a besarla lentamente mientras la recuesto en la cama con delicadeza, desabrocho mi pantalón dejando que Emira observe mi miembro, cierro los ojos cuando empiezo a verla, suspiro cansado... Me colocó un condón acomodo mi miembro en su entrada mientras que lo voy metiendo lentamente, ella se retuerce de dolor pero al mismo tiempo de placer, empiezo a embestirla suavemente, ella parece disfrutarlo pero yo no.

Después de un par de horas Emira duerme en la cama mientras que yo solo fumo en el balcón de la habitación. Miro la habitación detallando todo, pero solo la recuerdo a ella mientras que la embestía con tanta fuerza o lo ninfómana que puede llegar a ser a veces, también fue la primera mujer que durmió en mi cama, ella es la excepción. Vuelvo a mirar al balcón en donde alguien baja de una camioneta... No puedo reconocer quien es así que solo me colocó una bata y bajo al primer piso.

— Alexis... — dice el padre de Emira mientras que sostiene un arma en sus manos

Pongo los ojos en blanco. ¿Acaso piensa que le tengo miedo?, que hombre tan patético, sus hombres me rodean mientras que yo solo sigo fumando como si no estuviera pasando nada, Doménico se aclara la garganta haciendo que lo mire.

— ¿Donde está mi hija?

— Esta dormida, ¿por que?

— No quiero ningún bebé, no quiero nada que tenga que ver contigo — dice serio — Solo acepte que se casarán por que es un beneficio para nuestras familias...

— Aja — digo sin mucho interés — Le  aseguró que con ella no quiero tener un bebé

Noto la cara de enojo de Doménico, le doy la espalda mientras vuelvo al segundo piso sin ningún apuro... Me siento otra vez en el balcón para poder fumar otro cigarro.

Le disparo cinco veces a un hombre que cae al piso sangrando, guardo mi pistola mientras entró al edificio en donde las mujeres dejan de bailar para mirarme a mi con miedo, pongo mala cara cuando veo a Seung.

— Que sorpresa verte por acá

— Seung, te e dicho miles de veces que en Alemania no quería ningún club de prostitución

Lo agarro del cuello mientras lo colocó en la pared, esta demasiado drogado como para saber que es lo que esta pasando, saco una navaja mientras la paso por su asquerosa cara, el tiembla mientras me dice cosas que no entiendo.

Corto uno de sus ojos haciendo que grite, sus hombres no hacen nada solo miran sin saber que hacer, le escupo en la cara... Noto como alguien me aprieta el hombro solo lo ignoro.

— ¡No te metas con la mafia Alemana! — le grito — ¡Más te vale que mañana no quede ni un solo club de esos!, por que la próxima vez no será un ojo si no tus malditas bolas. ¡¿Me oíste?!

— S-si...

Lo suelto, le doy una mirada de asco antes de salir del club, al llegar a la casa siento el olor a comida, me dirijo a la cocina en donde veo a Emira que esta cocinando, me sonríe apenas me ve mientras que yo solo permanezco serio.

— ¿Tienes hambre?

— La verdad es que no, me iré a la cama

Ella no dice nada y se lo agradezco, estando en el segundo piso entró a mi habitación, me acuesto mientras miro fijamente el techo. Emira entra mientras se acuesta a mi lado, coloca su cabeza en mi pecho... Acaricio su espalda, mientras que ella solo se acomoda mejor. Es imposible no pensar en ella que por más que quiera olvidarla no puedo... Escucho unos ruidos en el primer piso haciendo que me levante de golpe, agarro mi arma mientras bajo silenciosamente. Joneck sigue ladrando irritándome un poco... La puerta se abre dejándome ver a mi... Hermana que luce muy mal y juraría que se bebió medio bar.

— Que...

— Cállate — voltea a ver para atrás asustada — Ayúdame

Me acercó a ella notando que tiene una herida en todo su abdomen. Emira sonríe disimuladamente cuando la ve pero no dice nada, noto como finge preocupación mientras que mi hermana y yo le ponemos mala cara.

— Deberías ir con tu padre — le digo — Podrían estar en peligro...

— No creo...

— ¡Que te vallas! — la interrumpo

Ella no dice nada, espero a que se largue de la casa para poder bajar al sótano, la acuesto en una de las camas mientras empiezo a limpiarle la herida, por suerte no es nada grave. Empiezo a coserle la herida, sonrío cuando todo queda perfecto.

— ¡Dime la verdad y no te atrevas a mentirme!

Ella lo piensa un momento antes de responderme.

— Es mi madre, nos está controlando... Ella quiere algo, no le importamos — me dice asustada — Alexis, ella quiere que estemos muertos

— ¿Por que?

— Eso es lo que quiero saber... 

Ella me mira fijamente

— Solo hay una persona que puede descubrirlo

— No — paso mis manos por el cabello —  Ella no...