Capítulo 4: Liberado

383 34 33
                                    

Mono se levantaba lentamente de la silla, quería llegar a la niña, quería dejarla en el mismo agujero en el que ella lo dejó, pero cuando ya se había puesto de pie, la niña se había ido, llevándose con ella a su "pequeño yo".

Cegado por el odio, Mono pasó por la puerta saliendo de la habitación y caminó por el oscuro pasillo, el cual tenía una señal de televisión al final.

El hombre apoyó sus manos en la señal para trarar de pasar, hace mucho que no viajaba entre señales, esperaba no haberse olvidado.

Haciendo presión para salir, Mono logra sacar sus manos tocando el frío, duro y sucio suelo de madera.

Mono saca lo que queda de su cuerpo del pequeño televisor y mira a su alrededor: estaba en una habitación medianamente grande, con dos sofás y una puerta a su derecha.

Mirando al suelo, ve al joven Mono correr por la puerta, supuso que la niña fue la primera en salir, así que caminó, se sujetó su fedora y se agachó para poder cruzar la puerta.

Mono entró en un pasillo pequeño, el cual al final tenía otra habitacion a la izquierda donde pudo ver que el niño ya había pasado, así que fue hacia allí.

Al pasar por la puerta, se encuentra con una habitación que parecía ser la de un niño, con una cama, juguetes en el suelo y dibujos en las paredes.

Buscando con la mirada, Mono logra distingir el color de ese impermeable amarillo bajo una mesita de luz.

Ahí estaba.

La niña pareció haberse percatado de su mirada porque salió corriendo de la mesita de luz para tratar de esconderse bajo la cama, pero tropezó con un juguete  cayendo al suelo entes de llegar.

Mono estiró su mano hacia la niña, la cual tambien había estirado su mano hacia abajo de la cama, como si esperara que alguien la ayudara.

Empezando a distorsionar todo a su alrededor, la niña parece retorcerse antes se soltar un grito distorsionado y salir disparada a su mano.

Con su objetivos cumplido, Mono regresó a la Torre de Señales, dejando todo atrás.

Una vez en la torre, tira a la niña y esta soltó un gemido de dolor al chocar contra el duro suelo antes de levantarse y alejarse de él a una esquina oscura.

A Mono no le importó mucho que trate de esconderse, no había manera de que salga de la torre, ahora ella sería la que se quede en ese lugar, hasta que la torre la deforme como lo había echó con él.

Cuando estaba por salir de la torre e irse, se detuvo, un dolor de cabeza lo invadió, pero no uno normal, este era más como una visión.

No, era un recuerdo.

Mono se sujetó la cabeza debido al dolor, no sabía que le pasaba, todos sus recuerdos de antes de entrar a la torre estaban borrosos, tanto que no podía saber de que se tratan.

Y, aunque ese recuerdo no estaba completo, fragmentos le llegaron a la cabeza, él saliendo debajo de la cama, él entrando en los televisores para buscar la manera de entrar a la Torre, él entrando a la Torre y liberando a la niña, él cayendo al vacío, y por último, él sentándose en la silla.

Mono se desesperó, no iba a dejar que todo se vuelva a repetir y decidió volver con el niño de la gabardina cerrando la puerta de la habitación con fuerza antes de salir, necesitaba evitar que la libere, porque sino, todo volvería a suceder.

Cuando regresó a la habitación donde pensó que estaba Mono, revisó todo el lugar y se dio cuenta que ya no e encontraba por ningún lado.

Pensó que, seguramente, ya haya usado la televisión para teletransportarse hacia un lugar lejano, así que volvió a la sala donde estaba el televisor para tratar de encontrarlo.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora