El Secreto De Lee Félix [En Edición]

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Maratón 1/3

—Todo bien San?.

—Si algo así—Tomo asiento.

—Entonces por qué tienes esa cara—notando su expresión.

—Miren voy a ser honestos con ustedes—observo a ambos—Cuatro de ellos los quieren fuera de esto.

—Por que?.

—Segun ellos—empalmo sus manos—ustedes no son de fiar.

—No te vamos a dejar solo San—alzo un poco la voz.

—Perdoname Erick pero no tuve de otra.

—Osea que les vas a dar la razón?.

—Necesito ayuda lo sabes.

—Pero yo no quiero dejarte solo.

—Erick entiende la situación por favor—se levantó.

—Son injustos.

—Pues así es la vida te guste o no.

—Nosotros no tenemos la culpa de lo que nos tocó vivir.

—Entiende no hay forma de hacerlos cambiar de parecer para ellos ustedes son peligrosos en especial Félix.

—Mi hermano no tiene culpa de nada.

—Ellos no lo ven así.

—Vez por qué dije que tendríamos que ir contigo.

—Sabes que en ese tipo de reunión nadie más puede pasar.

—Nos juzgan solo por haber trabajo con Mark Te parece bien!.

—Ustedes también tienen la culpa de tener tan mala fama!.

—Entonces es nuestra culpa—se sintió mal.

—Lo siento Erick no quise—noto su ofensa—Estare bien y sabré que por lo menos estarás bien aquí.

—Erick, San tiene razón—hablo el menor después de haber escuchado su pequeña discusión—Aparte yo ya te lo había dicho desde antes.

—Que cosa?.

—Que soy mala persona y lo único que provocó son muertes—bajo un poco la vista—por ese motivo no me quieren cerca, verdad San?.

—Es cierto.

—Eso no es cierto.

—Pues ellos creen eso.

—Pues están mal todos—molesto.

—Tal vez podríamos ayudar a San de otra manera que no sea estorbando.

—Pues yo no me voy a quedar aquí esperando a que regreses así que te guste o no voy a ir contigo y punto—dijo para retirarse.

—Erick—suspiro sabiendo que el pelirrojo había tenido la última palabra.

—No importa lo que le digas no va a cambiar de parecer.

—Lo se.

—De mi parte te prometo no hacerte un mal tercio pero no creas que eso me agrada.

—Perdon Félix pero...

—Descuida—Le tocó el hombro—Creo que solo deberé esperar y desear que todo salga bien.

—Me temo que si.

—Tal vez eso me de tiempo para solucionar un problema.

—Que problema?.