75

10 4 0
                                    

Maratón final 3/3













Luego de trascurrir unas horas descendieron del avión y de entre el personal de seguridad Yeosang camino rápido hasta llegar y ver qué pasó.

Observó a unos de sus hombres bajar seguido de Jimin con Lune detrás de él agachando la vista sin saber que decirle.

Temía que lo matara pero no podía hacerle nada, o quién sabe con Yeosang nada se sabía puesto a que su carácter de malo jamás se lo había visto y ahora sentía que esto lo mataría.

—Donde está mi hijo?—sintio su corazón acelerarse—respondeme Lune—lo sangoloteo.

—El...—trago saliva.

—no—movio la cabeza—no, no es cierto—camino a con Jimin—Donde está mi Hijo!—lo jalo de la camisa.

—Lo siento mucho señor

—Idiotas!!—lo soltó.

Subió al avión inmediatamente para encontrarse con su cuerpo tendido en la misma cabina del avión sin vida.

Sintió muchas cosas al verlo así hasta el punto de sentir que su respiración se estaba acabando.

Una punzada le atravesó el pecho al ir caminando hasta él, con lágrimas en sus ojos.

Se agachó a él ya estando cerca, sus manos temblaban al querer tomar su mano aún así la sujeto muy fuerte sintiendo que moriría.

—Harry—dijo casi como un susurro—Hijo—acaricio su frente—Mi niño.

Lo acerco a él abrazándolo muy fuerte queriendo que abriera los ojos.

—Despiertate Harry!—insistia—Por favor despierta...

Todo lo que tenía se había perdido en un segundo, su único hijo el único que lo lleno de amor, aquel que vio crecer y desarrollarse en un ambiente sano sacándolo de la mafia en la que vivía.

Aquel que cada mañana lo despertaba con ruidos haciendo berrinches, el que le daba regalos el día del padre, aquel que lo admiraba, el único que le sacó su lado tierno.

El único hijo que jamás pensó tener y que había llegado para adornar de flores su camino.

Estaba muerto sin vida, todas sus alegrías, metas y sueños nunca se realizarían ya.

—Mi niño—hipo—mi angelito...

Flashback

—Haber hijo que quieres hacer cuando seas grande—lo mantenía entre sus piernas.

—Como tu—hablo con esa voz que caracteriza a los pequeños.

—No Harry, tu no vas a hacer como yo pienso en otra cosa.

—Voy a ser—seguia viendo su juguete entre las manos—Dueño de una biblioteca—dijo feliz.

—Que bien y por qué?—le tomo la manita.

—Por que tú me dijiste que te gustaban los lidros.

—sonrio—libros chiquito—corrigio—Y si me gustaban mucho.

—Ya no te gustan?.

—Si, pero por ahora no puedo leer mucho.

—Papi me lees?.

—Claro—lo bajo—ve por un lidro—dijo para que se riera.

El Secreto De Lee Félix [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora