CAP 7: Fiesta para alguien mas.

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POV: Han

Cierro la puerta del conductor y me quedo viendo fijamente mis manos, que aprietan el volante tan fuerte que mis nudillos se vuelven blancos.

"AAAAAAAAAAAAAAAA"

Estaba enojado, frustrado, terriblemente cansado y triste. Había querido gritar desde que el telón se cerró por última vez.

A duras penas pude terminar las dos funciones sin desmayarme.

Al finalizar el concierto por segunda vez, mantuve la compostura e hice mi ultima reverencia, pero en cuanto la cortina se cerró y voltee a mi derecha, pude ver a mi maestro y al director creativo del teatro, uno viéndome con enojo y otro con decepción. Sus caras eran tan claras como el agua, podía leer sus pensamientos.


"¿Porque mierda acepte poner a un estudiante como solista?"

"Oh Jisung, realmente creí que estabas listo"


Sali del escenario, pase a un lado de ambos y no pude decir mas que "Buenas noches". No quería hablar con nadie, no quería ver a nadie porque todos sabían que lo hice mal. Talvez el publico no lo noto, o algunos técnicos despistados, pero todos los músicos que estaban escuchando esa noche se pudieron dar cuenta que los nervios me ganaron, se apoderaron de mi e hicieron que el concierto que he preparado por tanto tiempo y por el que he sacrificado horas de sueño, un concierto precioso, artístico y maduro, terminara sonando como el primer intento de un novato de 15 años.

Llegando al camerino vomite de nervios y frustración. Me cambie, tome mis cosas y aunque sentía mi estómago arder, me fui.

Mientras conducía de regreso a casa, escuche el video que había pedido que grabaran para mi; el video que le mostraría a Anna cuando regresara a casa de mis padres, así podría escuchar lo buen musico que soy.


"Mis padres"


Ese pensamiento se fue rápido de mi cabeza cuando escuche los primeros minutos del concierto y me di cuenta de lo que todos presenciaron. Toque notas, cree sonidos, pero no cree arte. Estaba tan enfocado en tocar las notas correctas, en hacerlo técnicamente bien, que olvide lo mas importante. El hechizo por el que estaba tan preocupado que no se concluyera, nunca se realizo.

Deje el carro debajo de un edificio en el extremo contrario de la ciudad, el punto mas alejado de mis padres. Un edificio igual de lujoso pero en un barrio creciente, "dinero nuevo" como suelen decir, por lo que ellos nunca pisarían este lugar; principal razón por la que vivo aquí.

Entre al elevador con mi ropa en las manos, mi violín y mi mochila en los hombros y aunque sentía el elevador moviéndose y jazz sonaba en las bocinas, mi cerebro esta en blanco. No pensaba, no recordaba, estaba en un trance. Si alguien me hubiera visto creería que solo soy un cuerpo andante, sin alma, sin ideas, sin sentimientos.

"Han, que milagro!! Llegaste a la casa anoche? No te vi en la mañana."

Los felices rostros de Chris y Eliza aparecieron cuando las puertas del elevador se abrieron, y ahí fue cuando escuche música y conversaciones provenientes del pasillo.

"No llegue anoche, me quede dormido en el conservatorio. ¿Qué esta pasando en el departamento?" pregunte genuinamente confundido. No me desagradaba la idea de una fiesta, me serviría para subirme el humor y quería hablar de cualquier otra cosa que no fuera como Paganini se retorcía en su tumba después de como le falte el respeto a su música.

Back DoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora