CAP 9: Empujes de valentia.

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POV: Danny

Totalmente sorprendida y buscando esa voz dulce que parecía venir del cielo, voltee hacia la puerta al final del pasillo, la cual estaba abierta, tenia la luz prendida y podía ver al extraño que salió del baño justo en el momento exacto para verme husmeando en su cuarto. Consiente de lo que estaba pasando cerré rápidamente la puerta y camine hacia el baño.

"Lo siento mucho, no quería entrar a tu habitación, buscaba el baño en realidad"

"La mayoría de los invitados usarían el baño de abajo" dijo con una pequeña sonrisa en su boca, pero no era de burla, no se reía de mi, se reía conmigo en realidad. Ahora que estaba mas cerca, la luz me permitía ver su cara de forma un poco mas clara.

Estaba viendo a un chico con una sonrisa adorable, ojos negros, ligeramente rasgados mostrando ascendencia asiática, y chiquitos como una almendra, pero resaltaban por la perforación en su ceja y se veían mas grandes de lo que eran por toda la energía que contenían, aunque los note vidriosos y un poco tristes, el pelo cepillado hacia atrás y con un solitario mecho sobre su frente que había caído ahí por accidente. Unas mejillas bastante lindas, que hacían que su cara pareciera la de un bebe, aunque su cuerpo era todo lo contrario a un niño.

"Soy yo o se parece a una ardilla?" pensó mi cerebro borracho

"Soy la hermana de Chris, Daniela pero tu puedes decirme Danny, mucho gusto" extendí mi mano con un gesto de caricatura y con una energía salida de los sueños con mas brillitos de una niña de 6 años, estaba hablando con mi voz borracha que todo lo volvía mas agudo y feliz.

Creo que lo encontró adorable, porque me ofreció otra tímida sonrisa y una pequeña carcajada cuando tomo mi mano.

"O un castor?!"

Era un desconocido apuesto, era tan alto como mi hermano pero su cuerpo era un poco mas delgado que el de el, pero aun así note los músculos de sus brazos que eran apretados por las mangas de su playera negra, con la mirada recorrí su pecho y note varias cadenas, pero una tenia algo colgando de ella. Jeans de un color negro tan vibrante que debían ser nuevos, le quedaban muy bien y en sus pies tenia una botas militares también negras. Un reloj negro mi lindo en su muñeca izquierda. 3 anillos en total. Sin tatuajes... que yo pudiera ver.

No estoy segura cuanto tiempo me quede viéndolo, probablemente mas de lo que debí, pero el se rehusaba a soltarme, por eso ahora mi mano descansaba a un costado de su cuerpo con nuestros dedos entrelazados. Se recargo en el marco de la puerta, dio un suspiro triste y cepillo su cabello con sus dedos, todo esto sin dejar ir mi mano.

"Oye estas bien?" Le pregunte de la forma mas sincera que pude cuando note una pequeña lágrima rodar por su ojo, aunque intento esconderlo volteando al otro lado. Automáticamente puse mi mano en su mejilla, voltee su cara para que pudiera verme y con el pulgar limpie la lagrima.

Talvez si no hubiera estado tomando mi cerebro me hubiera hecho irme en ese momento a cualquier lado; pude haber bajado a buscar a mi hermano, pude haber abierto la puerta que faltaba, ese debía ser mi cuarto, me pude haber ido a acostar en ese momento, pude haberle pedido que se saliera porque quería estar en el baño sola. Pero no lo hice.

Puso su mano sobre la mía, la cual seguía en su mejilla y recargo todo el peso de su cabeza en ella. Ni siquiera su peculiar rostro podían ocultar el hecho de que estaba triste; Porque? No sabia, y no necesitaba saberlo, pero el verlo llorar me recordó a como hace menos de 20 min había peleado con Sebastián y pensar en eso hizo que ahora yo derramara una lagrima.

"Y tu? Tu estas bien?" pregunto cuando vio mis ojos lloroso. Avergonzada voltee la cara hacia adentro del baño, lejos de sus ojos, y además de la impecable decoración y la limpieza del baño, de las cuales mi hermano definitivamente no tuvo nada que ver, note un bulto carmesí en el piso y sobre el, un celular que supuse era de el.

"La chaqueta roja"

Con su dedo índice y su pulgar tomo delicadamente mi mentón y giro mi cabeza hacia el frente; observando fijamente a mis ojos, parecía descubrir todo lo que ocultaba en ese momento, que mi corazón estaba roto y cansado, que mi cerebro estaba en debate y que a pesar de mi nivel de alcohol, a la mañana siguiente recordaría cómo se sentía su mano en mi rostro. Ese gesto me dejo sin palabras y me recordó al pequeño tiempo en el que Sebastián era lindo conmigo, en todo lo que hizo para enamorarme, en como lo consiguió y el monstruo en el que se había convertido.

"Ninguno de los dos esta bien" dijo con un suave susurro, apenas audible, pero aun así era pesado, sincero y triste.

"Y esto tampoco esta bien" dije.

Lo jale de la mano para que entrara al baño conmigo, cerré la puerta y lo recargue contra ella. Acerque mi cuerpo al de el, sentí el calor que salía de su pecho, puse mis manos en sus mejillas y acerque mi rostro al de el sin dejar de verlo. De pronto mi cerebro se lleno de dudas.

"Que tal si el no quiere?, soy una chica borracha que prácticamente lo secuestro en el baño, como reaccionas a eso?"

Pero esos pensamientos se detuvieron cuando sentí sus manos cerca de mi cuerpo, un liguero tirón en la cintura de mis pantalones fue el movimiento que uso para pegar mi cuerpo al suyo. Inmediatamente me pongo de puntas y lo beso.

Conclusión: el tequila si me da empujes de valentía.

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