Capítulo 26

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─Está durmiendo, se acaba de quedar frito.

─Eso es raro, él no duerme a estas horas... más bien, ¿quién lo hace? Apenas son las 12 de la mañana.

─¿¡Ya!?

─Sí, ¿por qué?

─No... sólo que el tiempo se ha pasado en un abrir y cerrar de ojos.

Los dos nos giramos a la vez cuando oímos la puerta de la cocina siendo abierta.

─¿TaeHyung? ¿Qué haces aquí?

─¿Cómo esperabas que no viniese cuando me dijiste que estaba todo bien después de que él estuviese llorando?

─Ah, ahora está bien, no tienes que preocuparte.

─... dices que no me preocupe... ¿pero qué es esto?

Dijo a la vez que cogía mi muñeca con fuerza.

─¡Ah! Suelta...

─¡Eh! Déjale en...

TaeHyung me soltó y con rapidez le pegó a JiMin un puñetazo en el estómago.

─¿Qué coño le hiciste?

─¡Espera!

Cogí el brazo de TaeHyung y tiré de él hasta que acabó en el suelo, ni siquiera me dio tiempo a respirar tranquilo cuando tuve que parar a JiMin para que no se abalanzase sobre TaeHyung.

─¡Parad ya! ¡Los dos!

─¡No me jodas! Ahora mismo te vienes conmigo, no te voy a dejar solo cuando está así de violento.

Dijo a la vez que se levantaba y me empujaba por la espalda.

─Ya te dije que lo habíamos arreglado. ¡No te preocupes, en serio!

─... Ya sabrás lo que haces.

Se apartó de mí y con la expresión más seria con la que le había visto hasta la fecha salió de la casa dando un portazo.

─...

─No te preocupes, hablaré con él.

─Me siento mal, no tenía que haberle llamado.

─Estabas asustado, por mi culpa. No le des tantas vueltas.

─Oye, ¿cómo... cómo vamos a hacerlo?

─¿Hacerlo?

─Ya me entiendes... lo de, lo de... ser el omega para ese hombre.

─... no te preocupes. Aún falta...

─Falta una semana, y mi celo empieza en dos días, eso sólo nos deja con cuatro días para planearlo todo.

Suspiró y haciendo un movimiento de cabeza me indicó que le siguiera. Pensé que íbamos a hablar a la habitación, pero en vez de eso fuimos por un pasillo que sólo había recorrido una vez.

Me paré en seco y retrocedí unos pasos.

─Me... ¿me estás llevando a esa sala?

─Tranquilo, esta vez no será así. Te lo prometo.

─... está bien.

Seguimos hasta llegar a la última puerta que había y entramos. Era roja y negra, muy lúgubre, pero a la vez daba la sensación de lujo. Retrocedí hasta el umbral de la puerta cuando vi el sofá. El sofá donde una veintena de personas me habían tocado.

─No quiero estar aquí.

─Cierra la puerta.

─...

un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora