Por lo general, Kageyama se emocionaba cuando tenían partidos de práctica, ya que eran excelentes oportunidades para encontrar desafíos y jugar con intensidad. Sin embargo, ese día era totalmente distinto. Se sentía pésimo, le costaba mantener los ojos abiertos, y aun no se sentía preparado para el maldito examen de historia del día siguiente. Mientras cortaba una manzana para su desayuno, su madre apareció en la cocina.
"Hola, Tobio. ¿A qué hora vuel-?" Pero su pregunta quedó a medio camino en el instante que vio su rostro. "¿Te sientes bien?" Cuestionó con preocupación.
"Tengo sueño..." Tobio admitió. Su madre lo quedó mirando un lago rato, sin parecer convencida con la respuesta.
"¿Seguro que solo es eso? ¿Prefieres quedarte hoy en casa?"
"No, estoy bien. Solo tengo algo de sueño."
"Ok." Terminó diciendo Akiko con una sonrisa resignada. "¿Quieres que te prepare un café con leche para ver si te despierta un poco?" Tobio recordó la noche anterior.
"¿Esa mierda que tomas? No, gracias." Ella se detuvo con algo de alarma.
"No habrás tomado del café que me preparé, ¿cierto?" Dijo con un cierto tono de advertencia, lo que le indicó a Tobio que había hecho algo que no debía y decidió mentir.
"No, solo lo olí y lo encontré asqueroso." Ante la respuesta, la mujer se calmó considerablemente.
"Ah, qué bueno. Yo tomo café muy cargado, y a ti, que no consumes nada de café, podría hacerte mal, así que no lo tomes, ¿ok?" Explicó seriamente Akiko. "Pero tranquilo, que te prepararé una leche con solo un poquito de café, así que no estará tan fuerte como el que me hago yo." El joven veía como su madre calentaba la leche y ponía la mitad de una cucharadita de café junto a una cucharadita de azúcar. "Toma." Ella lo miraba expectante mientras esperaba que tomara un sorbo. Tobio con desconfianza le dio en el gusto, y para su sorpresa la cosa que había tomado la noche anterior no se parecía en nada a la de ahora... El sabor increíblemente amargo y pastoso no se comparaba esa leche cremosa, dulce y con un toque extra tostado que no podía describir con facilidad.
"Está rico..." Le dijo finalmente.
"Qué bueno. Ahora apurémonos para no llegar tarde, ¿sí?"
Después de desayunar, ambos salieron del hogar. Con el pasar de los minutos, Tobio se comenzó a sentir ligeramente más despierto, pero no con el malestar horrendo de la noche anterior... Aparentemente Akiko sí conocía su café...
El día pasó lento, pero para su fortuna, ese día tenía dos periodos de estudio personal, lo que aprovechó para seguir estudiando de su libro de texto de historia. Pronto llegó la hora de ir al partido de práctica. Mientras se encontraba con su compañeros y partían, Kageyama consideró que podría llevar adelante el día, muy a diferencia de cuando se levantó.
Sin embargo, cuando caminaban hacia la entrada del gimnasio, el sub capitán habló.
"Kageyama... ¿Estás bien?" Le preguntó de repente.
"Sí, ¿por?"
"No te lo tomes a mal, pero te ves algo desaliñado hoy."
"Llevas toda esta semana en modo zombie, Kageyama." Hinata reclamó esta vez, denotando mucha preocupación, aunque esa no fuese su intención.
"Estoy bien." Terminó asegurando de mala gana el pelinegro. Eso dio por finalizada la conversación mientras entraban al recinto con las canchas de práctica y el equipo rival. Los muchachos de Seijoh se percataron de su presencia, por lo que se acercaron a ellos para recibirlos.
"Hola, pueden dejar sus cosas por aquí." Dijo Iwaizumi amablemente indicándoles un mueble con casillas. Todos se prepararon y el partido comenzó rápidamente.
Kageyama sabía que no estaba en un 100% ese día para un partido, pero a los poco minutos de comenzar, su cuerpo resintió más de lo que esperaba la falta de sueño. Sin embargo, mientras no detuvieran el partido, intentaría dar lo mejor de él, sea como sea.
Por otra parte, tanto Seijoh como Karasuno permanecieron en silencio, pero se miraban entre ellos con poca sutileza, hasta el punto que le dejaron claro al pelinegro que no estaba haciendo un buen trabajo pasando desapercibido.
Se restregaba los ojos continuamente, y fue en uno de esos momentos que, para el shock de todos los presentes, un remate del as de Seijoh dio directo en la cabeza de Kageyama haciéndolo caer sobre su lado izquierdo brutalmente. Nadie se movió a excepción de Iwaizumi, quien estaba justo frente al pelinegro en el momento, y pasó rápidamente bajo la red para ir en su ayuda. Al verlo, Sugawara y Hinata también corrieron hacia el joven armador.
"Kageyama, ¿puedes-?" Pero Hajime se detuvo en el instante que vio unos manchones de sangre fresca bajo su cabeza. Aterrado, alzó la voz para llamar la atención del resto. "¡Necesito ayuda médica aquí!"
Mientras Sugawara ayudaba a Iwaizumi a inspeccionar mejor a Kageyama, Hinata miraba a su compañero como si estuviese por llorar y el entrenador de Seijoh buscaba a los enfermeros del recinto.
No pasaron muchos minutos hasta que llegó la asistencia médica y el pelinegro fue trasladado a una de las camas de la enfermería en un estado de inconsciencia. Mientras retiraban la camilla con el joven, el as de Seijoh lanzó un suspiro derrotado para después bajar la vista. El albino lo miró con algo de tristeza, con la certeza de que le ocurría.
"No es tu culpa. Sabemos que esto fue un terrible accidente." Le dijo con delicadeza.
"Ojalá no sea algo grave." Iwaizumi terminó murmurando.
"Vamos, Iwa-chan, no seas duro contigo mismo. Tobio no estaba enfocado." Ante las palabras de Tooru, Hajime se tomó el puente de la nariz claramente frustrado.
"Oikawa... No es el momento para tus pendejadas con Kageyama... Por favor..."
"No es eso... Solo digo que cuando no estás completamente concentrado haciendo deportes no es tan raro que ocurran accidentes de este tipo. Solo eso... A mí me pasó lo mismo hace tiempo, ¿recuerdas?" Dijo con seriedad. "Estamos expuestos a este tipo de cosas. Así que no te castigues tanto." Oikawa terminó de hablar mientras palmeaba un par de veces su espalda en señal de apoyo. "Mejor vamos a preguntar como está."
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Punto de Inflexión [Oikage]
FanfictionKageyama lleva una vida normal. No era la mejor que existía, pero podía manejarse con ella. Tenía su rutina y un futuro ya planeado en su mente. Sin embargo, llega un momento en el que nos cuestionamos si podemos seguir con la misma dinámica, e incl...