Capítulo 16: Las Camas de Crusty.

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Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.


Esta vez, leería Perséfone. —Las camas de Crusty.


La idea fue de Clarisse.


La hija de Ares, hizo una mueca, que, a su novia, le resultó tierna y la besó en los labios, provocando que todos a su alrededor, comenzaran a silbar, hasta que la líder de la cabaña 5, los miró con ojos de muerte.


Ella nos metió en la parte trasera de un taxi de las Vegas como si realmente tuviéramos dinero, y le dijo al conductor, —Los Ángeles, por favor.

El taxista mordió el puro y nos miró. —Son trescientas millas. Para eso, tienes que pagar por adelantado.

— ¿Aceptas tarjetas de débito de los casinos? —preguntó Clarisse.

Él se encogió de hombros. —Algunas de ellas. Igual que las tarjetas de crédito. Tengo que verificarlas primero. —Clarisse le entregó su tarjeta verde de Lotus Cash. Él la miró con escepticismo.

—Verifícala. —Clarisse lo invitó. Yo miré interrogante a mi amiga, y Grover también. Pero Clarisse, no se veía muy preocupada.

Su máquina de medidor comenzó a hacer ruidos. Las luces brillaban. Por último, un símbolo de infinito se acercó junto al signo de dólar. El cigarro se le cayó de la boca al conductor. Volvió a mirar a nosotros, sus ojos muy abiertos. — ¿Dónde, en Los Ángeles... uh, Altezas?


— ¡Soy rico/rica! —dijo unos muy felices Nico y Bianca, poniéndose de pie y bailando, mientras sujetaba la tarjeta en sus manos. Los demás, se... reían cariñosamente de los hermanos. Aunque sabían, lo que le ocurriría a Bianca, y estaban dispuestos, a evitarlo.


—Al muelle de Santa Mónica. —Clarisse se sentó un poco más recta. Me di cuenta de que le gustaba la cosa de 'Altezas' —, y puedes quedarte con el cambio.

Tal vez ella no debió de haber dicho eso. El indicador de velocidad de la cabina no cayó por debajo de noventa y cinco todo el camino por el desierto de Mojave.


En el camino, tuvimos mucho tiempo para hablar. Le dije a Clarisse y Grover acerca de mi último sueño, pero los detalles se volvían más difusos cada vez que trataba de recordar. El Casino Lotus parecía haber hecho cortocircuito en mi memoria. No podía recordar como sonaba la voz del criado invisible, aunque estaba seguro que era alguien que conocía. El sirviente había llamado al monstruo del pozo algo más que "mi señor"... un nombre o un título especial...


Luke se puso nervioso. Necesitaba escapar, de alguna forma.


— ¿El Silencioso? —Clarisse sugirió. — ¿El rico? Ambos son apodos para Hades.

—Tal vez... —Dije —Aunque no fue ninguno de esos dos. —Acaricié mis sienes. —Ese estúpido hotel, está haciendo un desastre, con mi memoria.

—Eso suena como la sala del trono de Hades, —dijo Grover. —Esa es la forma en que suele describirse.

Sacudí la cabeza. —Algo anda mal. El salón del trono no era la parte principal del sueño. Imagínate que... estás viendo un programa de televisión, y se roban la señal. Y esa voz de la fosa... Simplemente no se sentía como la voz de un Dios. —Los ojos de Clarisse, se abrieron como platos y yo, bailé en mi mente.

Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora