¿Esto es todo? ¿Debo conformarme con el fantasma de lo que alguna vez fuimos?
Tal vez en otro mundo, Annia pueda amar a Daryl Dixon. ¿En este? En este el no quiso amarla y ella aprendió a soltarlo hace tiempo.
24/07/2022
Annia abrió los ojos para encontrar a su padre tomando su mano. Su madre estaba sentada en otra esquina de la habitación. La chica apretó la mano de su padre. Había estado en coma durante tres días. El hombre levantó la vista.
—Llama al doctor, ha despertado —Le dijo a su esposa.
—Pa...
—No te esfuerces, tranquila, no te esfuerces —Le pidió el, acariciando su cabello.
—¿Nana?
Annia no necesitó de palabras para entender lo que su padre le estaba diciendo. Con tan solo ver como el hombre la miraba pudo darse cuenta. Sin embargo escuchó como su padre le explicaba que Munique estaba sentada justo del lado contra el que impactó el camión, ni siquiera logró llegar viva al hospital. Los gritos de la chica se escucharon por todo el hospital y tuvieron que sedarla porque estaba prácticamente incontrolable. Aún así, cuando despertó y le dieron el alta, lo primero que hizo fue ir hasta el cementerio, Munique no tenía familia, así que los padres de la chica se habían encargado de velarla. Habían flores allí. No había ninguna inscripción. Solo su nombre, con la fecha de nacimiento y la fecha de muerte. Annia pegó su frente contra la lapida.
—Ya te extraño —Le dijo, llorando.
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El primer día después de haber salido del hospital, Annia estuvo acostada en su cama, se negó a ver a Leah, no le contestó las llamadas ni a Daryl, ni al abuelo, ni a todas esas personas que se tomaron el rato de escribirle para saber como estaba. Simplemente se acostó y se quedó allí mirando el techo. Munique había sido más una madre que su propia madre. Y la había perdido.
El segundo día, Annia bajó las escaleras para descubrir que Leah estaba durmiendo en el sillón, su padre le dijo que no se había movido de allí desde el día anterior.
—Siento que todo me da vueltas —Comentó la chica, sentándose en la cocina. Leah sujetaba su mano y hacía circulos en ella. Una mujer entró en el lugar, con la mirada clavada en el suelo— ¿Y ella quien es?
—Annia, querida, ella es Belinda, es la nueva cocinera —Le explicó su madre.
—No, no lo es —Contestó la chica, poniéndose de pie.
—Cielo, por favor —Le dijo su padre.
—Quiero que se vaya ¡Vete! Quiero que... —Annia sintió la única tostada que había comido subiendo por su garganta y corrió al baño para devolverla.
—Llama al doctor —Ordenó Lance a su esposa, mientras iba al baño para ver a Leah sosteniendo el cabello de la rubia, que se encontraba vomitando.
La rubia vomitaba y lloraba pidiendo que la nueva cocinera se fuese, Lance le dió el día libre puesto que era imposible calmar a Annia con la señora aún allí. Cuando el doctor llegó, Annia ya se encontraba mas tranquila, sentada en el sillón envuelta con una manta que Munique solía usar cuando se quedaba a dormir en la casa y veían películas por la noche.
