"... Sigo pensando que debimos haber venido en avión, Rider".
"Y yo te repito que Bellerophon fue quién se ofreció a llevarnos, ahora cállate y bebe tu coco Shirou-boya".
Shirou miro con molestia a Rider, o al menos, tanta como alguien como él pudo reunir mientras vestía una camisa hawaiana con pantalones cortos y sandalias. A pesar de aun estar en su postura normalmente rígida lista para entrar en acción y con su expresión de acero lista para abordar cualquier actividad que se le presentara; actualmente Shirou Emiya estaba en un estado de ánimo al cuál estaba acostumbrado, estaba vestido, sin lugar a dudas, como un turista holgazaneando en la costa.
Rider lo había tomado completamente desprevenido cuando apareció de la nada hace apenas unas horas y lo arrastró hacia la parte trasera de su blanco pegaso que ella llamaba su sol antes de alejarse a toda velocidad. Era un hecho casi seguro que Shirou no tenía los mejores instintos de supervivencia, de hecho, si le preguntaras a las hermanas Tohsaka, dirán que sus instintos estaban en el lado negativo de los números, pero incluso él sabía que no debía saltar de algo capaz de romper la barrera del sonido en menos de un segundo, así que se aferró a la cintura de Rider como si fuera su vida dependiera de ello mientras dejaban los cielos de Fuyuki y desaparecían en el cielo como un destello de luz.
Mientras Shirou pensaba en el significado de la vida, Rider saco una bandeja de sushi que traía consigo para comer junto a su "prisionero". Aunque, estaba un poco nerviosa por pasar un tiempo con el chico, tenía que admitir que la situación era perfecta para que ella lo hiciera, pero temía que su suerte de rango E se manifestara en algún momento y lo arruinara todo, pero suponía que la mala suerte de ambos se estaban anulando mutuamente esa noche.
"O quizás solo sea la suerte de Saber. Sí, eso suena más lógico". Ella se había ofrecido como voluntaria para arrastrar a Shirou durante toda la mañana y la tarde mientras Rin y Sakura intentaban organizar la mansión Fujimura en un lugar lo suficientemente adecuado para las demandas de Illya para la fiesta del cumpleaños de su hermano menor.
Y sí, Rider sabía que Shirou probablemente no tenía idea de que hoy era su cumpleaños porque él mismo no creía que fuera una fecha importante.
Esa falta de importancia en su propio ser era algo que todos sabían, pero personalmente, Rider estaba más acostumbrado a tratar con gente así, Grecia era un hervidero de problemas mentales y héroes abnegados ansiosos por la oportunidad de hacer algo con sus vidas, aparentemente sin importancia, y los dioses estaban más que dispuestos a aprovecharlo de todas las formas que pudieran imaginar. Entonces, aunque no le gustara, era una de las mejores en su pequeño grupo para manejar a alguien como Shirou.
Shirou estaba acostumbrado a tener algo que hacer todo el tiempo porque no le gustaba que lo dejaran solo con sus pensamientos. La quietud y el silencio de quedarse solo con tus pensamientos podría ser una pesadilla cuando sabías que tu cabeza era un lugar aterrador para estar.
Rider pudo ver que Shirou se estaba quedando sin cosas que hacer con el coco que le había dado, pero aún no sabía qué se suponía que debía hacer, por lo que dejó el plato de pescado y le dió un pequeño golpe en la cabeza al joven.
"Te das cuenta de que este es un lugar para relajarse, ¿cierto?, Sé que no eres lo suficientemente denso como para pensar que te secuestré sin una razón, Shirou".
Shirou resopló y finalmente fue a tomar uno de los refrescos que Rider había traído para los dos.
"Si necesitas algo que hacer, simplemente pasa esta tarde conmigo. Conozco tu tipo y no quieres pasar el tiempo ocioso, así que relájate y come tu sushi, ese es el mal que vas a derrotar el día de hoy, Héroe de la Justicia Shirou Emiya.
La sonrisa de Medusa se hizo más amplia cuando Shirou la miró molesto antes de llevarse otro trozo de sushi a la boca. Sabía que él sabía que lo estaba molestando a propósito, pero cuando se estiró en su silla de playa y dejó que el sol calentara su piel visible a través de su bikini, sin preocuparse demasiado.
Incluso si estaba actuando como Rin en ese momento, el chico sabía que a Rider le gustaba, y de alguna extraña manera también a él. Y Rider estaba bien con esas formas extrañas de gustarse el uno al otro.
Se llevó un trozo de sushi a la boca con una mano y entrelazó sus dedos con los de Shirou con la otra, el joven no dijo nada más, pero ella sintió sus dedos cerrarse con los de ella. Mientras los rayos del sol brillaban sobre ellos y la brisa del mar golpeaba a la pareja, Rider sonrió, oh, sin duda aprovecharía esa tarde.
Shirou, por su parte, por una vez estaba dejando que las cosas sucedieran sin pensar demasiado en ellas. Rider siempre había sido alguien que sabía que se preocupaba por él, por mucho que luchó con el concepto hasta el día de hoy, pero todo este día había sido muy raro, incluso para sus estándares.
Sin embargo, incluso ahora, mientras sostenía las manos de la posiblemente loca sirviente griega con anteojos, Shirou se sentía... agradable. Se sentía completamente relajado por primera vez en mucho tiempo. Supuso que un cambio de aires era algo que necesitaba si realmente quería evitar el destino de solo seguir sus ideales y de que su yo futuro le perfore la cabeza. Lo había intendado muchas veces antes, pero fue Medusa quién había podido ayudarlo, ya que decidió sacarlo de su zona de confort tan abruptamente que literalmente no tendría otra opción mas que relajarse con ella. Y estaba contento por ello.
Rider estaba aburrida y se llevó a Shirou de vacaciones, tal vez había algunos significados ocultos, pero Shirou no pensó que fueran nada malo.
"¿Hey, Rider?"
"¿Sí?"
"Gracias por secuestrarme".
Rider le sonrió "Cuando quieras, Shirou-boya".
FIN