Mientras mi marido me penetra con su diminuta polla no puedo evitar pensar en lo placentero que ha de ser tener una polla cuatro veces más grandes que la suya dentro de mi.
-¿Te gusta?- pregunta haciendo movimientos más rápidos, pero realmente apenas y siento su pene. Digo que si con un gemido falso.
Estiro mi mano para agarrar mi celular y ver la hora, han pasado 10 minutos desde que me empezó a desnudar y penetrar, el se detiene y me indica que ya está cansado, se viste y me deja ahí desnuda como si nada, escucho como el motor del carro enciende, se ha ido al trabajo, estiro mi mano para cojer mi consolador, tengo varios a decir verdad, uno que vibra, otro de unos 30 centímetros y unos pequeños que me dan unos orgasmos gigantes.
Noto que el vibrador que más uso no tiene pilas así que decido buscar por toda la casa pilas, no sin antes introducir en mi ano el más pequeño pero salvaje, ando desnuda pero a fin de cuentas no hay nadie en casa, o eso creía.
Bajo al garaje de mi esposo y encuentro a mi vecino, yo estaba desnuda, con un consolador en la mano y otro en el culo, no podía reaccionar pero mi vecino si.
Se acerca a mi con ganas de tocarme los senos, retrocedo con miedo y caigo el suelo, el se encima en mi y hunde su cara en mis senos.
-Oh Margaret, no sabes cuánto deseé poder estar dentro de estos manjares- chupa mis senos haciendo que suelte un gemido -Y veo que tú también
No puedo negar que no me imaginé a Joseph follandome analmente, no después de verle el paquete por error.
Sigue lamiendo mis pezones y suelto un gemido enorme es ahí donde me carga y me lleva al comedor, me quita el consolador y lo deja en la mesa.
Rebusca en la cocina pilas y las pone al consolador, nota el que traigo atorado en el ano y me ve pervertido. Pasa su dedo alrededor de mi ano exitandome para después sacar el artefacto y chuparlo. Baja la cremallera de su pantalón y puedo ver la polla más grande de todas, era casi del tamaño de mi dildo enorme.
-¿Te gusta verdad zorra?- asiento sumisa y veo con lujuria aquel pene que si tenía suerte estaría dentro de mi.
Introduce el dildo en mi coño húmedo con brusquedad haciendo que gima muy fuerte, con su mano libre juega con mis senos y pezones exitandome más. Saca el dildo y el líquido que mi vulva emana es como un manjar para el, lo bebe como si fuera agua cristalina pasando lentamente su lengua por mis labios vaginales. Con su lengua baja hasta mi ano y hace movimientos suave ahí haciéndome gemir muy fuerte, sube su lengua y con la misma juega con mis pezones sube más y besa mi boca con pasión, realmente me deseaba.
Con brusquedad me lleva al sillón y me pone de espaldas con el culo parado e introduce su enorme polla en mi coño húmedo el cual suelta líquido mojando el sofá. Las embestidas de vuelven más salvajes que mantener el equilibrio se me hace imposible, saca su polla y con brusquedad la mete en mi ano soltando el hasta ahora más grande gemido que he dado en mi vida.
Saca nuevamente su polla y me carga hasta llegar a las escaleras. Me pone con la pared y me folla duramente mientras jala de mi cabello y juega con mis senos, joder que exitante.
A veces mete su polla en mi húmedo coño y otras veces en mi ano, con movimientos salvajes.
Se desnuda mientras yo me tocó al estar completamente desnudo se tira al suelo y luego me hace sentarme en su polla, el está sentado y yo doy brincos sobre su amigo. Toma mis caderas y las pega a su cuerpo para que toda su polla entre en mi.
Me da la vuelta y yo sigo dando saltos mientras el ve mis tetas rebotar, sube y baja mi cadera con velocidad. Se levanta aún estando dentro de mi y me lleva al cuarto donde duermo con mi esposo.
Me ponga boca abajo en la cama y con corbatas ata mis manos y pies.
Su enorme polla me penetra el coño mientras el dildo yace en mi ano vibrando demasiado. Después de unas duras embestidas el me alerta que se va a correr por lo que me desta y ordena que me inque, el se corre en mi cara yo como la puta que soy abro mi boca para probar todo de él.
Con brusquedad mete su polla a mi boca, está entra de golpe y hasta mi garganta sin duda era enorme. La mantengo ahí un rato y luego la saco para así con mi mano masturbarlo y con mi boca chupar la punta. Después de un rato le chupo las bolas y el suelta un gemido que me exita.
Bajamos al sofá y el me pone sobre su entrepierna a dar brincos mientras mis senos rebotan y el juega con ellos.
Con sus piernas sostiene las mías para que sigan bien abiertas y su amigo entre por completo, se corrió una dos veces más y estuvimos follando de todas las formas posibles por tres horas.
El rechinido de la mesa era muy fuerte por lo cual no pudimos oír a mi esposo entrar a la casa con un regalo para mi.
El vecino me penetraba sin piedad alguna y el veía petrificado cómo le estaba siendo infiel en su propia casa.
Si encuentran un error díganme, es la primera vez que escribo esto, con el tiempo mejoraré
-Max