𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆

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⚠️Este capítulo consta de contenido sensible, si no te gusta puedes pasarlo.

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Los días han ido pasando y yo cada vez sentía que estaba peor a pesar de que había ido un par de veces más a jugar Dragones y Mazmorras con los chicos, era mi único momento en el que podía estar completamente feliz, pero por razones obvias no había accedido que Eddie me llevase a casa; no era bueno tentar a la suerte.

Por otra parte, Billy llevaba sin aparecer días por su casa, Max tampoco sabe nada de él y admito que estoy bastante preocupada, pero tampoco me extraña que mi novio tenga estos comportamientos ya que no es la primera vez que lo hace, luego aparece como si nada.

Por fin las clases finalizan y suspiro aliviada al terminar de copiar en mi cuaderno las últimas ecuaciones anotadas en la pizarra.

—No dormiste mucho anoche. ¿Verdad?—escucho la voz de Eddie a mi lado haciendo que levante la vista—Pareces un oso panda con esas ojeras—dice haciéndome reír un poco.

—No, no dormí mucho en estos días—encogo los hombros guardando las cosas en mi mochila levantándome de mi sitio—Demasiada tarea atrasada—añado con una pequeña sonrisa, obviamente no iba a decirle los verdaderos motivos.

En estos días habíamos hablado algo más pero tampoco nada del otro mundo, podría decirse que la conversación más íntima que hemos tenido ha sido a cerca de nuestros gustos musicales.

—Cierto, se me olvida que eres una empollona—contesta con diversion acompañándome a la salida del aula.

Caminamos fuera del instituto hablando de la última partida de D&D, nada interesante; una cosa que me llama la atención de Eddie es que tiene un sentido del humor bastante extraño pero que por algún motivo me gusta y me hace reír demasiado, ambos salimos del recinto riéndonos por un comentario que ha hecho pero mi sonrisa se va al ver a Billy a lo lejos apoyado en su coche.

—Esto...tengo que irme, mi novio está esperándome. Nos vemos mañana Eddie—sonrio ocultando mi nerviosismo despidiéndome de él sacudiendo mi mano.

Me molesta en exceso que Billy haga lo que quiera, se cree que puede desaparecer y aparecer sin avisar cuando le de la gana, a Max y a mi nos preocupa que alguna vez haga alguna tontería; desde hace un tiempo tiene muchos problemas con el alcohol y con las drogas por eso a veces se ponía tan agresivo. Hemos intentado ayudarle de todos los modos posibles pero no acepta ayuda, es imposible lidiar con eso.

Estoy completamente segura de que me ha visto hablando con Eddie y seguro que pensara que estaba coqueteando conmigo, eso es lo que me da más miedo porque nunca me cree lo que le digo. Me acerco a paso lento hacia el coche de Billy percatandome de la cara de pocos amigos que tiene, sin embargo abre la puerta del copiloto sin decir nada.

—¿Quién era ese y por qué estabas riéndote con el como si nada? ¿Tan poco respeto me tienes?—habla entre dientes sorbiendo su nariz repetidas veces indicándome que había consumido.

—Es un compañero de clase, sin más, solo estábamos hablando de una tarea pendiente; hablas de respeto cuando desapareces por días y vienes como si nada—murmuro esto último para mí, pero sin embargo lo escucha.

Escucho su respiración agitada sintiendo como se revuelve en su asiento y pasa su mano por la nariz varias veces suspirando pesadamente.

—No me mientas Alice...¿Te lo estás follando, a que si? ¡Vamos, dímelo!—alza la voz tomando mi brazo con fuerza haciéndome soltar un quejido de dolor—Parece que no te queda claro que eres mia—escupe con asco soltando mi brazo con brusquedad y arranca el motor.

𝑯𝒆𝒍𝒍 | 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora