La soledad, mi mejor compañía

Hacer las cosas bien

Narra Lesslie

Vaya que la fiesta había estado buena, pero ahora tengo una cruda tremenda.

Me encontraba en la casa de mi amiga Camila, pero ya era hora de que volviera a casa. Me vestí rápidamente y pedí un uber. En menos de veinte minutos ya me encontraba entrando a mi casa. Cuando entré vi a mis padres y a mis hermanos desayunando. Estoy segura que se viene un buen regaño. No me importa, ya estoy preparada para el ataque.

L: Buen día familia-dije tratando de articular bien las palabras para que no se me notara la cruda, cosa que no funcionó-

MV: ¡Lesslie!-gritó mi madre enojada-¿Qué horas son estas de llegar?

L: Prácticamente son buenas horas para llegar a casa. Está de día-dije sonriendo tratando de hacer reír a mi madre. Siempre ríe con mis chistes pero esta vez parecía que no era así-

PR: ¿No viniste a dormir?-preguntó mi padre con seriedad-

A: ¿No es obvio que no, papá? Recién viene llegando-dijo mi querido hermano Alexander, alias el metido-

L: Lo siento mucho, pero yo avisé que saldría a una fiesta y que si se me hacía tarde me quedaría a dormir en la casa de Camila.

MV: ¿Cuándo avisaste?

L: Ayer cuando me despedí de ti y tú estabas arreglando las cunitas de los bebés. Pero bueno, si no me escuchas el problema no es mío-así era, últimamente mi mamá y todos en esta casa estaban más al pendiente de los bebés que aún no nacían y ya no les importaba lo que yo hacía o sentía. Amo a mis hermanitos, pero siento que ya no soy importante para mis papás-

PR: ¡Lesslie! ¡No le hables así a tu madre!

L: Pues ya, perdón. Pero yo avisé así que no tienen porqué regañarme. Con permiso, me voy a mi habitación.

K: ¿No piensas ir al colegio?-preguntó Karen, mi hermana-

No, no tenía ganas de ir al colegio. Odio ese colegio lleno de niñas fresas y niños que se creen los más guapos del mundo. Lleno de profesores odiosos y falsos.

L: No, ni ganas. Hoy hay química con ese viejo insoportable. Ni ganas de ir a perder mi tiempo.

PR: ¡Lesslie! ¡Ya te cambias y te vas al colegio!-gritó con enfado. No, no voy a ir-

L: ¡Dije que no!

Salí corriendo a mi habitación con mi padre persiguiéndome. Afortunadamente era buena corredora. Llegué a mi destino y me encerré.

PR: ¡Lesslie!-gritó mientras golpeaba la puerta con furia- ¡Abre ya esta puerta!

L: ¡No quiero!-no me dejaría intimidar por él- ¡Ya te dije que no quiero ir! Además tengo terrible cruda. No querrás que todos empiecen a decir que la hija del futuro gobernador va con cruda al colegio ¿O sí?. Porque si es así me cambio y voy.

Sabía que con esto le iba a ganar. Su carrera es muy importante, más importante que su familia.

PR: Está bien, tú ganas-dijo y sonreí- Pero estás castigada, Lesslie. Sin salidas por dos semanas.

L: Sí papito, como tú digas-sonreí victoriosa-

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Narra Bryan

Me encontraba en la cancha de fútbol americano. Estábamos por comenzar a entrenar ya que en unos días más teníamos el partido final. Si ganamos quedaremos seleccionados para participar de los intercolegiales del próximo ciclo escolar. Estábamos tomando un descanso y mientras mi amigo y yo aprovechamos para conversar un rato.