5.

197 46 13
                                    

2 MESES DESPUÉS

 —Por favor, mi niño, no te pongas así. Simplemente quiero que estemos juntos el mayor tiempo posible.

—Min, no es que no lo desee, yo también, pero la verdad es que no quiero que la gente piense que conseguí el empleo porque el subdirector de la compañía Choi es mi novio.

—Taem, eso a nadie le tiene que importar. Además, el excelente trabajo que realizas como técnico en computación no es cuestionable, así que vas a dejar tus berrinches a un lado y vas a firmar el contrato como jefe de mantenimiento en esa área.

Taemin llevaba casi un mes aplazando esa situación. Realmente no quería trabajar ahí, y mucho menos encontrarse con el papá y el hermano de su novio. Sabía perfectamente que, en cuanto se enteraran de su presencia en la empresa y que era novio de Minho, la bomba estallaría en mil pedazos, y era seguro que no saldría bien librado de esto.

—¿Min, estás seguro de que no me puedes recomendar con alguno de tus clientes?

—Claro que puedo hacerlo, pero no quiero. Lo que yo deseo es que trabajes conmigo, apoyándome cuando haga falta. Tengo mucha fe en ti y quiero que mi padre comience a verte, que se acostumbre a que somos novios. Y que ya deje de intentar emparejarme con alguna chica que no tiene sentido.

Taemin pensó que lo mejor sería decirle de una vez que ya conocía a su padre y hermano, y que la experiencia había sido terrible. Pero no estaba del todo convencido, pues suponía que, al saber Minho lo sucedido dos años atrás, podría darles la razón a ellos y echarlo de su vida a patadas.

—Está bien, tú ganas, pero no quiero que tu familia sepa aún de nuestra relación, y no saldré de mi área de trabajo a menos que sea muy necesario.

Minho lo abrazó con tanta ternura y le dio un beso suave. Le encantaba que su chiquillo se rebelara cuando no estaba de acuerdo en algo, defendía su opinión y posición hasta el final. Siempre se salía con la suya. Se separaron y le picoteó los labios con besitos suaves. Taemin se sonrojó; todavía le daba vergüenza ese tipo de mimos, pero le gustaban, y mucho.

—¿Te digo algo, Taem?

—¿Qué cosa, Min?

—Me gustas así, tan valiente y caprichoso a la vez. Eres mi niño mimado.

Sus bocas se volvieron a encontrar, y los besos ahora fueron profundos y sensuales, llenos de dulzura y amor.

------------

Era domingo por la noche y Taemin estaba preparando sus cosas para el trabajo. El lunes empezaría una nueva etapa en su vida. Había ido con Minho a comprar ropa adecuada para evitar que se sintiera incómodo, ya que todos los empleados de la compañía Choi debían usar traje. Taemin prometió pagarle todo conforme fuera recibiendo su sueldo. Aunque todavía ignoraba cuánto le pagarían, sabía que podría hacerlo.

Se encontraba solo en la habitación, pues Kai y sus otros compañeros habían ido a una excursión y regresarían hasta la próxima semana. Eso era bueno, pues no quería que se burlaran de él por usar ropa tan cara, por lo menos no en su primer día de trabajo.

Tardó en dormirse solo de pensar en el día siguiente, en cómo tenía que actuar ante los demás empleados. Estaba perdido en la maldita ansiedad; hacía mucho tiempo que no la sentía, no desde que había dejado las calles y, por última vez, cuando tuvo el problema con los Choi. "Ya deja de pensar en eso, si no sales de tu cubículo de trabajo no tendrás problemas. Recuerda que ellos están en el último piso y tú en el antepenúltimo."

Se despertó temprano. Miró el despertador que estaba sobre la mesa de noche. —¡Vaya, diez minutos antes de que sonara!— Se estiró torpemente y se sentó sobre la cama. Ahora se daría una ducha rápida y tomaría solo un licuado para no ir con el estómago vacío. No tenía hambre por los nervios. Cuando cruzó el portón del internado, ya lo estaba esperando Minho, quien corrió como siempre lo hacía y lo abrazó con efusividad. Amaba a ese hombre.

—Min, yo podía ir en el autobús. Quedamos en que, por el momento, nadie...

—Shit. Minho lo calló con un beso. —Guarda silencio y súbete al automóvil.

Taemin obedeció y saludó de inmediato al chofer. —Buenos días, Señor Kyu.

—Buenos días, joven Taem. ¿Ya listo para trabajar?

—Sí, que lo estoy.

Minho lo recargó en su hombro; hoy no podría ir acostado como siempre en sus piernas, tenían que llegar impecables, no podían aparecer en la oficina desaliñados.

Una cuadra antes de llegar al edificio, Taemin se bajó para llegar como cualquier otro empleado. Minho se reía de eso, pero respetaba lo que su niño mimado pedía. Le dio un último beso; nunca tenía suficiente de esos labios carnosos.

—Suerte con tu nuevo jefe, dicen que es un ogro. —¡Minnn!—

—Jajaja —rió Minho.

Desde que entró por las grandes puertas, sabía que estaba cometiendo un error, pero no quería decepcionar a su novio. Oprimió el botón del ascensor con manos temblorosas.

"¡Vamos, Taemin, tú puedes!" —El recorrido hasta el piso 18 se le hizo eterno. Cuando salió al amplio pasillo, tomó suficiente aire y comenzó a caminar hasta su lugar de trabajo asignado. Una gota de sudor le escurrió por la espalda. Una voz le hizo voltear.

—¡Hola! Supongo que eres el nuevo.

Era una chica con una linda sonrisa.

—Bueno, no estoy tan nuevo. Recién cumplí 18.

La chica lo miró por unos instantes y luego se echó a reír. —Jajaja, soy Wendy y me da gusto que te incorpores a esta área. Ya verás que te gustará trabajar aquí, el jefe es una muy buena persona.

"Bastante bueno diría yo", pensó Taemin.

—Gracias, Wendy. Yo soy Taem, y puedes contar conmigo para lo que sea.

—Te tomo la palabra desde ya, así que hoy te toca traer el café. Ve al piso de arriba, ahí está la cafetería. Lo quiero negro, sin azúcar, y un bollo con mermelada de frambuesa.

—¿Dices arriba?

—Sí, y no te tardes. No puedo comenzar mi día sin algo de cafeína.

"Solo a mí me pasan estas cosas", pensó. "Espero no tener problemas." —Lo traigo enseguida.

Taemin subió por las escaleras, llegó al piso 19 y vio de inmediato el letrero de Cafetería. Entró y se quedó asombrado; el lugar era grande y tenía de todo, estaba bien abastecido. Preparó lo pedido por su nueva compañera. Iba de salida cuando se quedó justo de frente con su peor pesadilla. Se quedaron viendo. Taemin tragó seco y Choi Seung le sonrió burlonamente.

CONTINUARÁ...

🙁👀😳🙁👀😳🙁👀😳🙁

 Esto sí que es mala suerte.

 Gracias por leer, comentar y votar.



O TÚ O NADA. (2MIN)🔞🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora