Volumen Uno : Capítulos 3 - 4

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Los días para Ruler ahora eran un poco solitarios y grises, desde que su pequeño hermanito había nacido, la atención de sus padres había estado en él.

Lilia había intentado animarlo e intentar jugar con él, pero aún así nunca había sido lo mismo para él, su padre estaba enfocado en entrenar con la espada, según él, tenía que hacerse más fuerte para poder proteger a la familia Greyrat.

Su madre por otra parte, siempre estaba atento a su hermanito llamado Rudeus Greyrat, según lo que Lilia le había contado, no había llorado cuando nació, por lo que su madre siempre estaba al tanto de su salud o de un posible problema.

Pero a los ojos de Ruler, su hermano era un poco raro, siempre mirará hacia los pechos de su madre o Lilia, incluso cuando lo cargaban y le ayudarán a eructar siempre hacia una expresión extraña.

Le daba escalofríos el solo recordar aquella expresión, aún recuerda que incluso vio a Lilia decir y hacer cosas extrañas dentro de su habitación.

El día de hoy, como es costumbre para él, estaba preparando sus cosas para poder ayudar a los niños más pequeños y grandes en el pueblo, era una actividad que se le había ocurrido y por consecuencia contado a sus padres, ambos le contaron a los varios padres de los niños y estuvieron de acuerdo con que sus hijos asistieran a las actividades.

Con sus varios libros en mano junto con un bolso en su espalda con sus plumas y varios utensilios que le ayudan en sus actividades, se acercó a su madre la cual estaba cargando a Rudeus.

-Madre, ya estoy listo para ir al pueblo.

Ruler tenía una gran sonrisa, sabía que su madre no podía perderse esta actividad, siempre lo había acompañado y apoyado.

-Lo siento Ruler, tu hermano está por comer y luego tengo que ayudarlo a digerir la comida, pero no te preocupes, Lilia te acompañará hoy en mi lugar.

La sonrisa de Ruler se desvaneció y la desgana se pudo ver en su rostro, aunque Zenith no se dio cuenta al estar de espaldas y dando pecho a Rudeus.

-Entiendo madre, por favor, sigue esforzándote en cuidar de Rudeus.

Con la cabeza gacha y su ánimo por los suelos, Ruler salió de la casa y vio a Lilia la cual lo estaba esperando.

-Saludos Joven maestro Ruler, espero no sea un inconveniente que sea yo la que lo lleve.

Ruler forzó una sonrisa mientras levantaba la cabeza con la barbilla en alto.

-Lilia no es una molestia, el día de hoy verás cómo Ruler dará sus clases.

Lilia miró detenidamente la expresión de Ruler, viendo como la sonrisa temblaba al estar forzandola, solo sonrió y asintió.

Mientras ambos caminaban por el sendero el cual los dirigía al pueblo, muchos aldeanos los cuales estaban cuidando sus cultivos saludaron a Ruler.

El mencionado sabía que Lilia tenía poco tiempo de haber llegado al pueblo, por lo que siempre se detenía para poder presentarla y que ambas partes pudieran conocerse.

Esto hizo que Ruler dejará de estar triste y pasó a hablar mientras le señalaba Lilia a las distintas personas que conocía y cuáles eran sus profesiones.

Cuando llegaron a la plaza del pueblo, Ruler se paró sobre unas cuantas cajas mientras miraba a los distintos niños sentados frente a él en sus respectivos asientos junto con varios libros y plumas.

-Lilia, ¿Puedes ayudarme con mis clases?.

Ruler viendo como habían más niños que la última vez, sabía que no podía estar a tanto de todos, por lo que le pidió ayuda a Lilia.

Mushoku Tensei : Dios de las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora