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20XX, Octubre, Jueves, 6:37 AM. Asía, Corea del Sur, Ciudad Hybris, ruta hacía la salida. Cielo seminublado, Clima húmedo, caluroso.

Narrador Omnisciente

Luego de desquitarse y desahogar su impotencia a base de patadas y gritos en la caja de madera, consiguió recobrar la calma.

Se había quedado sin familia, sin otra protección además de la suerte, estaba en medio de la una etapa de crímenes que parecía más bien pretender otra cosa, además de robar lo poco que le quedaba a la ciudad.

«...Supongo que ya no valía la pena seguir viviendo esta vida tan fea. Pero no quiero que termine.... aún...y diablos, no así»

Se llevó las manos a la cara intentando pensar en alguna solución, su familia acababa de morir de una manera tan fugaz como un parpadeo

No iba a soportarlo

[...]

El tiempo pasa y solo tortura, según su celular, llevaba aproximadamente 25 minutos metida en ese gabinete, que apenas tenía espacio para estirar sus brazos, más no sus piernas cansadas

Y para su suerte, una pequeña abertura en la traba de la puerta de madera permitía hacer llegar aire hacia el interior. Pero no era suficiente

▲•▼•▲

[Narra: NEON]

«Llegaron»

Aún en el escondite logré escuchar los golpes y los pasos que daban. Aparentemente al no encontrar la puerta ni la entrada exclusiva decidieron usar las ventanas. Cometí un grave error, tomé la peor decisión. Es un edificio de TechSky, seguramente van a terminar de desmantelarlo

Sus pasos van en todas direcciones, siento mi corazón aumentar su ritmo. Yo solo intentaba mantenerlo quieto hasta que se fueran. El sudor frío empezó a hacerse sobre mí, a raíz del miedo, parecía la forma pura del miedo

La puerta se abrió y chilló cuando se abrió paso hacía la habitación, la luz del pasillo entró por la rendija, y pude percibir el movimiento de alguien de pasos pesados

El hombre dijo algo en voz alta que no logré canalizar

Pero desde ese punto no pude dejar de llorar y temblar, no pude evitarlo, la ansiedad llegó al punto de querer matarme yo misma para no pasar más por su tortura, el cajón se sentía más pequeño

Luego de un momento, escuché muchos pasos dispersos tomando y llevando cosas desde afuera de la habitación. Miré por la rendija par comprobarlo

Si, estaban robando

«Maldita sea ya están robando, ya están robando...Carajo, que hago?

Nadie puede salvarme. Dios ojalá no me hubiera ido, me habría ido mejor si hubiera hecho caso» juró que pude sentir la brecha que se abrió en mi pecho, era como una herida emocional. Y lo digo porque dejé de ser consciente a mi entorno

No puedo hacer mas que rezar, y arrepentirme

Aquí, en esta caja de madera vieja y... Podrida

MortalityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora