VI

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20XX, Octubre. Asía, Corea del Sur, Camión de cargas pesadas

[Narrador Omnisciente]

— Cállate, voy yo primero. No se me acerquen ni hagan porquerías mientras hago lo mío, y no intenten nada, no soy fan del "trabajo en equipo" — dijo mientras esquivaba las miradas de los demás

— Miren de verdad no me gusta cuando gritan, me distrae, y no me gusta cogerme a cadáveres — dijo Ross con una voz llena de desdén

— Ah si? — intervino el hombre de la cuchilla

Todos hablaban de que hacer y como hacerlo mientras el hombre que volcó la caja se acercaba disimuladamente, Neon había sido atrapada por el miedo y solo se pudo alejar de él en el momento que casi podía sentir su respiración. Pero no conseguía la voz para gritar o la fuerza para huir, y al mirar su miedo, él empezó a reir

...

— ¡ALEJENSE DE MI! NO ME TOQUEN — gritó, con toda la fuerza que pudo reunir. En un intento fallido por disipar el miedo

Y solo era el miedo y la supervivencia lo que la mantenía moviéndose, porque si no fuera por eso, ya se hubiera rendido

El que se acercaba se detuvo, pero su actitud seguía siendo la misma. Los demás luego de un par de miradas cómplices, se ubicaron en diferentes lugares, lugares específicos.

Estaban cubriendo las posibles rutas de escape de la jóven, teniéndola atrapada en la esquina en la que se había ocultado

« Mejor me hubiera dejado caer del edificio » pensó cuándo empezó a gimotear del miedo

Ella empezó a hiperventilarse. Cuatro hombres, simplemente no se veía escapando de ellos. Se alejó de los hombres apegándose a la pared, buscando desesperadamente una salida

El hombre que había volteado el cajón era un hombre sudado y obeso en comparación al hombre que no llevaba zapatos, desagradablemente desalineado y un poco moreno. El hombre al que llamaron Ross era un hombre de pelo largo y semi barbado. El último resultó ser el más joven en comparación a los demás, de tez blanca y delgado que cargaba aún la cuchilla

El hombre más jóven había guardado su cuchilla y se paró en frente de ella, colocó su mano izquierda sobre la cabeza de la niña, sintiendo la fricción entre sus guantes y el cabello teñido

El hombre había tomado la mayor parte de su cabello y la jalo de el, levantándola del suelo hasta tenerla frente a frente

— ¡AH! — Ella gritó más de dolor que de sorpresa

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[Narra: NEON]

El me miraba, examinandome. Sin otras intenciones más que humillarme o escupirme en el rostro, éso era lo que me decía su ceño fruncido

El dolor que emanaba de mi cuero cabelludo no me dejaba respirar, sentía los mechones despegarse de él. Mis lágrimas salieron a chorros

— Cuántos años tienes — preguntó cortante, su voz fue seca y fría. Su mirada se había fijado en mis lágrimas, siguiendo su trayecto hasta mi barbilla

MortalityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora